Partido Revolucionario de los Trabajadores
Por la Revolución Obrera, Latinoamericana y Socialista "El deber de todo revolucionario es hacer la revolución" (Ernesto Guevara)

Tamaño de texto + /12 de Julio - 2021

NACIONAL

El populismo como contención de las masas

El contexto internacional marcado por la crisis de superproducción capitalista acentúa el enfrentamiento entre el decadente imperio norteamericano y las nuevas potencias en desarrollo: Rusia y China. El conflicto entre un orden unipolar moribundo y uno multipolar que se afianza día a día genera contradicciones y cambios políticos en las relaciones internacionales. La Argentina no está exenta a las nuevas condiciones mundiales y esos fenómenos influyen en nuestro país.

En política exterior el gobierno del Frente de Todos ha decidido no acatar fielmente las directrices injerencistas de EEUU en China o Nicaragua diferenciándose del PRO yanqui Mauricio Macri. (1) La alianza diplomática entre Argentina y México en torno a la persecución política y la violación de derechos humanos en Nicaragua, acompañando el reclamo en la ONU pero oponiéndose a los mandatos intervencionistas de la OEA, debe leerse como la respuesta política del Grupo de Puebla para resolver disputas en Latinoamérica. El grupo de Puebla, que nació como un agrupamiento de las fuerzas populistas de la región frente al avance de la derecha comienza a tomar vuelo propio (2 y 3).

La novela del pago de deuda sumó otro capítulo. Martín Guzmán celebró como ¡Un gran triunfo…! la postergación de pagos con el Club de París como si eso fuera a mejorar la vida de millones de trabajadores (4). Con el anuncio tranquilizó a los empresarios preocupados por la “caída” en la bolsa y la rebaja de calificación del país como mercado emergente (5). Según la prensa hegemónica, la situación perjudicaría la “imagen y la confianza” en el país para atraer inversiones (6). Sin embargo, lo que todos omiten mencionar es que, durante el gobierno de Macri, la suba de la “imagen” del país como economía emergente se debió, en parte, a una burbuja especulativa despegada de la base material productiva del país y, por otra, a una campaña de los sectores financieros que apoyaron la relección del líder del PRO, considerado un aliado incondicional del mercado. La movida de rebajas de las calificadoras al gobierno de Alberto Fernández debe tomarse como una forma de presión de los buitres capitalistas para que el gobierno devalúe el peso, elimine el cepo al dólar o promueva reformas fiscales contra los trabajadores (7).

Insistiremos en denunciar que cualquier acuerdo con el FMI o el Club de Paris significarán ajuste, privaciones y postergaciones para nosotros, los trabajadores. El Frente de Todos pretende imponer la visión tramposa de que solamente la actual deuda contraída por la gestión de Mauricio Macri es ilegal y una estafa para todos los argentinos (8). Nosotros no olvidamos y señalamos que el gobierno miente al omitir que toda la deuda contraída con el FMI es fraudulenta y que la misma fue avalada y pagada por todos los gobiernos desde la dictadura militar en adelante. Por eso los trabajadores y el pueblo debemos oponernos sin concesiones y exigir el NO AL PAGO DE LA DEUDA AL FMI. Al comienzo de nuestro análisis señalamos que nuestro país no puede escapar a la situación política mundial, como tampoco puede esquivar la propagación de nuevas variantes de la pandemia (9). En ese sentido, el gobierno emprendió una eficiente campaña de vacunación que trajo tranquilidad y alivio para millones de personas contentas, que subían fotos con su certificado en la mano. En el último mes, la eficacia de la campaña no solo le devolvió al gobierno cierta credibilidad y apoyo de las masas, sino que fue un factor determinante para contener la conflictividad social latente debido a la inestable situación económica y social que se vivía por la vuelta de las prohibiciones que pusieron en riesgo el sustento de millones de argentinos. La política de Estado tendiente a inmunizar a toda la población antes de que llegue la tercera ola es una estrategia acertada del Frente de Todos para desactivar futuras protestas sociales.

Pero no hay que idealizar la situación: así como es NECESARIA la vacunación social y colectiva, también hay que tener en cuenta que la clase dominante y su gobierno NECESITAN que todos estemos inmunizados para que la rueda de la explotación capitalista y el funcionamiento de la economía y la sociedad en general continúen en marcha y no se detengan. Sin embargo, para que se concrete esa posibilidad, el gobierno se encontró con un problema sin solución factible en lo inmediato: la falta de vacunas para los menores de edad. Con los docentes inmunizados, la vacunación de los menores de 18 años y niños es una necesidad real y concreta para asegurar la escuela presencial y evitar la transmisión del virus. Por eso hay que analizar la complejidad de la situación. En primer lugar, recién en el último tiempo se “aprobaron” algunas vacunas que fueron aplicadas en niños y adolescentes porque la gran mayoría se encuentran en etapa experimental. Por otro lado, hay que tomar en cuenta que la OMS (Organización Mundial de la Salud) es el ente mundial que aprueba el uso de las mismas y ese organismo trabaja en favor de los grupos farmacéuticos concentrados de EEUU. Por ello no es casual que autoricen a sus propios laboratorios mientras niegan la aprobación de otras variantes como la Sputnik. Otro factor importante fueron las condiciones leoninas y las exigencias que imponían las empresas farmacéuticas que prácticamente ponían de rodillas a los gobiernos que buscaban proveerse de vacunas. La presión de Pfizer o Moderna que imponen sus intereses comerciales a cualquier costo fue uno de los puntos que demoró la decisión del gobierno para lograr un acuerdo con ellos. En un contexto desfavorable y a medida que la presión social por parte de los padres de los niños aumentaba, el gobierno tenía muy pocas alternativas a disposición. Frente a la encrucijada de continuar esperando sin conseguir las dosis necesarias para nuestra población infantil y lograr un acuerdo en donde tanto el gobierno como las farmacéuticas cedieran un poco en sus pretensiones, el pragmatismo de Alberto Fernández se decantó por la segunda opción (11). La compra de vacunas de Moderna que acaba de concretarse, precisamente va en esa dirección (12).

Las medidas apuradas del gobierno para retrasar la llegada de la variante Delta le regaló el flanco a la oposición gataflorista que emprendió otra campaña del miedo contra las “restricciones” y la “dictadura” que se vive en el país. No olvidemos que detrás de los supuestos “defensores de la democracia” está el plan desestabilizador del partido militar. Por eso debemos denunciar y alertar a nuestro pueblo de cada una de sus viles maniobras con las que pretenden confundir y engañar a las masas. A la clase dominante no le importan la vida ni la salud de ninguno de nosotros (13).

En momentos de debilidad política, la burguesía sabe bien que para asegurar su dominación es necesario tener un gobierno populista a mano. Ese rol histórico lo han desempeñado perfectamente los gobiernos peronistas, por su capacidad para contener a las masas y conciliar los intereses que dividen a la sociedad. Por eso la política del Frente de Todos tiene como objetivo legitimarse de cara a las elecciones y ganar la simpatía popular (14) con diferentes reformas que no implican mejorías MATERIALES para todos, sino para algunos sectores generalmente minoritarios. Y no es que estén mal esas reformas, sino que nuestra crítica apunta con que no son de beneficios para amplias capas sociales, que son las que hoy padecen las consecuencias de la política económica y los efectos sobre la economía que ha tenido la pandemia.

Para calmar el descontento y la lucha de los trabajadores el gobierno permite la reapertura de las paritarias (15) mientras extiende la prohibición de despidos (16) y realiza actos conjuntos con los dirigentes sindicales (17) exhibiendo los aumentos salariales como un logro de su gestión. Por otro lado, le hace un guiño a la burguesía industrial de la IUA y su proyecto de “mochila argentina” para abaratar el costo de futuros despidos (18).

Disimuladamente, todo apunta a la rechazada reforma laboral.

Otro guiño del gobierno que agradecen los ahorristas de la pequeña burguesía fue la decisión política de no cobrarle impuestos a sus plazos fijos, algo que sin dudas hubiera tenido un efecto no deseado por el gobierno (19).

La quita de las concesiones de servicios emprendidas por el gobierno despierta la fantasía febril de la “soberanía nacional” en sus seguidores. Sin embargo, no hay nada de “recuperación nacional” en los anuncios gubernamentales. Al contrario, por ahora el Estado interviene los bienes nacionales para hacerse cargo de las inversiones que durante décadas no hicieron las empresas a cargo de las concesiones de los trenes de Carga que sólo se llenaron de plata sin poner un peso en infraestructura, pero sin multar y castigar a las empresas responsables de semejante estafa (Techint, Aceitera Deheza, entre otros). Bajo otras condiciones, quizás el Estado, como hizo en otras épocas, terminará haciéndose cargo de sanear los servicios estatales, reparar las vías y los trenes para luego, como ha sido siempre, entregar el servicio a algún empresario amigo (20 y 21).

Lo que sí ha generado revuelo y presiones de todo tipo por el enorme interés económico y geopolítico que despierta es el conflicto por el control de la Hidrovía del Rio Paraná. El presidente Alberto Fernández, apretado por las bases peronistas, decidió salomónicamente que el control de la Hidrovía quede momentáneamente en manos del Estado. Al patear la pelota para adelante ganó tiempo frente a un tema que tiene varios factores y es motivo de debate interno dentro del gobierno con respecto a un recurso estratégico para el país. En lo inmediato, durante 12 meses el cobro de peajes a las empresas que usen el puerto representa un ingreso muy necesario a las arcas estatales y, por otro, les permite controlar el flujo de divisas y exportaciones de los pools sojeros (22 y 23). El futuro de la Hidrovía dependerá de los cambios políticos, económicos y hasta sociales que se den en el orden externo e interno, de la propia estabilidad del gobierno, de su mayor o menor capacidad de maniobra frente a los constantes cambios en la correlación de fuerzas expresada por la presión del campo popular, incluida una parte importante de la base peronista que aboga por la “soberanía y la estatización” frente a los intereses del capital agroexportador.

Mientras el Frente de Todos busca el consenso de las masas y ganarse el apoyo de los trabajadores, la oposición se debilita en medio de grandes tensiones internas por el encabezamiento de candidaturas que amenazan romper la unidad de Cambiemos (24). Con el líder del PRO Mauricio Macri derrotado políticamente en su propio partido, procesado por fraude, y refugiado en el exterior las esperanzas de Cambiemos de convertirse en un partido con pretensiones de disputarle las elecciones al peronismo no parecen auspiciosas (25). Para terminar de aplastar la figura de Macri, las denuncias del Canciller de Bolivia Rogelio Mayta sobre el envío de armas y elementos represivos al nefasto gobierno de facto de la golpista Añez lo acorralan a una grave situación por la que debería ser juzgado y condenado junto con los responsables directos de su gobierno, entre ellos, Patricia Bullrich (26). Y pese a que Macri pretende defenderse acusando a todos de mentirosos, el hallazgo de la nota firmada por el excomandante de la Fuerza Aérea Boliviana (FAB) Jorge Gonzalo Terceros Lara (27), lo deja al descubierto y abre un nuevo capítulo contra el ex presidente que no tiene excusas para justificar la intromisión en la política interna de otro país con el agravante del envío de material bélico que fue usado contra el pueblo boliviano (28 y 29). Actual gobierno tiene la obligación no sólo de investigar los hechos, sino denunciarlos. Macri debe ser condenado por tamaña violación a todos los pactos internacionales firmados por el país.
Por último, las aseveraciones de Evo Morales no son descabelladas, sino una reflexión que cae de madura y de la que nosotros no dudamos: los mecanismos represivos latinoamericanos gozan de buena salud (30). Los trabajadores tenemos que identificar las diversas formas de gobiernos que emplea la burguesía para ejercer su dominación. Por eso debemos aprender a distinguir y caracterizar a los partidos y analizar sus matices y diferencias. Tenemos que ser inteligentes para luchar cuando la debilidad de la clase dominante la obliga a recurrir a un movimiento populista. Aprovechar esa situación para arrancarle concesiones y derechos que nos beneficien y golpear acertadamente cuando se agudizan las contradicciones entre ellos. Dependerá de nuestro ingenio, de nuestra capacidad para organizarnos, de vencer los prejuicios y sectarismos que nos dividen para priorizar los puntos que nos unen en la lucha y disputarle el poder a la clase que nos oprime.