Partido Revolucionario de los Trabajadores
Por la Revolución Obrera, Latinoamericana y Socialista "El deber de todo revolucionario es hacer la revolución" (Ernesto Guevara)

Tamaño de texto + /7 de Agosto - 2021

INTERNACIONAL

Las vicisitudes de Occidente

El imperio de la burguesía financiera se desliza por el plano inclinado de la decadencia a una velocidad cada vez mayor dejando descolocados a todos los pronósticos y expectativas de los analistas. En su mayoría, no atinan a explicarse el por qué de tal aceleración. Unos, porque anteponen deseos y buenas intenciones, otros, porque en su afán de que no ocurra, falsean y se mienten sobre hechos en desarrollo. El hecho irrefutable es que el imperio de la burguesía financiera se desmorona como un castillo de naipes. La debilidad de la “potencia” hegemónica está a la vista, pero se trata de disfrazarla de “movimientos estratégicos”, de “cambios de estrategia” y con un altisonante palabrerío y amenazas que nadie cree. La “guerra infinita” es imposible de sostener con una economía que no se corresponde con los planes, con aliados que son cada vez más y más esquivos y que sólo les sirven cuando necesitan desviar la atención de sus problemas internos cumpliendo con la lógica del fascismo de “trasladar las contradicciones internas al plano internacional”. El gran problema que padecen los que así piensan radica en la base material: sus economías basadas en la especulación, el robo, las estafas, cuyos únicos beneficiarios son los grandes bancos, que no produce, que se ha convertido en una aspiradora que transfiere la poca plusvalía producida hacia pocas manos, generando pobreza y miseria a las grandes mayorías. Como todos sabemos, a una acción le corresponde una reacción. Al polo de la burguesía financiera se le enfrenta otro polo, el de países que llegan tardíamente al desarrollo capitalista, principalmente China y Rusia. El enfrentamiento se lleva a cabo, también, en los planos políticos, sociales y militares. Al unilateralismo norteamericano, europeo y japonés, se les opone el multilateralismo chino y ruso. Se trata de una contradicción en desarrollo.

Estados Unidos tiene serios problemas: una deuda que asciende a los 28 billones 600 mil millones, una sociedad dividida y empobrecida en la que la pujante y dinámica “clase media” tiende a desaparecer, a abandonar el papel de “colchón” amortiguador de los enfrentamientos entre el proletariado y la burguesía. Hoy por hoy se nos quiere presentar tal división como si fuera un enfrentamiento entre demócratas y republicanos. Si agudizamos la mirada podemos ver que hay serias contradicciones entre los mismos demócratas y tantas e igual de serias contradicciones entre los republicanos. No pueden ocultar el papel de la lucha de clases. En toda Europa sucede algo similar, por eso se aferran al patético y vergonzoso papel que desempeña la OTAN. Intentan convencernos de lo peligrosos que son los rusos, los chinos, los iraníes, los norcoreanos y tratan de paralizarnos con una supuesta guerra nuclear. Lo que sí queda claro es que yanquis, europeos y japoneses saben perfectamente que no les conviene la guerra pues sus economías no la soportarían, sus sociedades se dividirían irremediablemente y sus destinos se acelerarían.

Veamos, veinte años de guerra en Afganistán, cientos de miles de muertos, miles y miles de mentiras, como que Osama Bin Laden derribó las torres gemelas, cuando las sospechas deberían estar enfocadas en la CIA y en el Mossad sionista.

Contra todos sus enemigos desata guerras psicológicas: contra Rusia, con el supuesto envenenamiento de un espía ruso y su hija en Gran Bretaña, Serguéi y Yulia Skripal, y defendiendo al fascista ruso Navalny; ahora, acusando a Irán de todo lo que sucede en Asia Oriental, mientras usa de ariete en su contra al régimen sionista de Israel. Acusa a China de violar derechos humanos de la población musulmana uigur, como si en Estados Unidos los negros y los latinos gozaran de sus brillantes “derechos humanos”, todas mentiras e hipocresías elevadas a la enésima potencia, billones de dólares gastados de los bolsillos del pueblo estadounidense. Los únicos que acumularon riquezas son los fabricantes y traficantes de armas, los traficantes de drogas - la producción de amapola se multiplicó por miles-, las compañías que reclutan mercenarios, los generales de la OTAN que son socios de los fabricantes y traficantes de armas, todos a costa del contribuyente yanqui. Necesitaron matar miles con la caída de las Torres Gemelas para justificar la invasión a Afganistán, a Irak, destrozar al estado libio y asesinar a Gadaffi, pergeñar los planes para invadir Siria, reclutar, organizar, entrenar y financiar a los mercenarios terroristas que invadirían ese país. El papel de los yanquis en Siria ha quedado reducido al de un simple ladrón, un simple terrorista. De Irak se tendrán que ir con la “cola entre las patas”, tal como se van de Afganistán. ¿El Talibán será problema para China y Rusia? Eso es lo que pretende la élite yanqui.

El papel de los títeres yanquis y europeos en América Latina no es menos patético y vergonzoso: orquestaron el ascenso de Piñera en Chile, de Lenín Moreno en Ecuador, de Macri en Argentina, de Bolsonaro en Brasil, de Lacalle en Uruguay, derrocaron a Zelaya en Honduras y a Evo Morales en Bolivia para encaramar a la fascistoide Janine Añez, asesinaron al Presidente de Haití, Jovenel Moise, país donde seguramente van a intervenir militarmente, crearon el “Grupo de Lima”, sostuvieron y sostienen a la mayoría de los payasos corruptos que gobiernan otros países latinoamericanos, sostienen al corrupto secretario general de la OEA. Pero, todas estas acciones tuvieron y tienen una reacción... Manuel López Obrador, Presidente de México, propuso que la CELAC se constituyera en una nueva OEA de los países latinoamericanos y se puede interpretar que no estarán en ella Estados Unidos y Canadá. El nuevo Canciller de Perú va disolver el “grupo de Lima” y aboga por reconstruir el UNASUR. Quedan pendientes las próximas elecciones en Brasil donde, si los resultados son como se esperan, que gane Lula, se caería sin penas ni glorias todo el andamiaje levantado por los títeres yanquis. Una muestra más de la debilidad de la burguesía financiera norteamericana que se complementa con la “desobediencia” de México, Nicaragua y Bolivia al enviar ayuda en solidaridad con Cuba frente al criminal bloqueo decretado por el gobierno estadounidense. Es necesario aludir a dos fenómenos que posiblemente se generalicen: el desprestigio de la OEA y de la ONU como organismos internacionales que comienzan a ser cuestionados a nivel internacional por muchos países. La Oficina de Derechos Humanos ya está ampliamente cuestionada desde que es dirigida por Michel Bachelet que claramente ha decidido llevar la agenda de los gobernantes norteamericanos contra Venezuela y otros países.

Las masas en el mundo están expresando, en las calles, la necesidad de cambios. En Latinoamérica se han acumulado desde los setenta muchas necesidades no resueltas. Debemos ser claros: los gobiernos de la burguesía no están en condiciones, por sus condicionamientos de clase, de resolverlos. Por tanto, es dable esperar un agudizamiento de la lucha de clases. Es tarea de los revolucionarios perseverar en la tarea de agitación y propaganda tendientes a elevar el nivel de conciencia, organizar a las masas en todos los niveles, organizar el Partido Revolucionario.

Mario Roberto Salvatierra.