Partido Revolucionario de los Trabajadores
Por la Revolución Obrera, Latinoamericana y Socialista "El deber de todo revolucionario es hacer la revolución" (Ernesto Guevara)

Imprime esta página - Tamaño de texto + / -PRT Opina - 15.03.2011

INTERNACIONAL

MEDIO ORIENTE, NORTE DE ÁFRICA
Asalto a las riquezas acumuladas.

Poco a poco comienza a develarse la base material que subyace en los fenómenos que se están desarrollando en Medio Oriente y en el Norte de África. Base material que esconden, celosamente, la burguesía financiera imperialista y los medios de desinformación a su servicio. Junto con ese fenómeno también se descorre el velo de la actividad de la burguesía financiera que se monta sobre las justas movilizaciones de las masas porque están basadas en la injusta distribución de las riquezas que el brutal proceso de concentración del capital y centralización de la producción ensancha cada vez más.

El carácter especulativo y parasitario impulsa a la burguesía, con una rapacidad desenfrenada, a la apropiación desmedida de todas las riquezas acumuladas durante años por los pueblos de las distintas regiones. No es otro el fenómeno que subyace en las políticas mal llamadas “neoliberales”: necesitaron concentrar y coordinar las actividades de las grandes corporaciones bancarias como la Rothschild, la Morgan, la Morgan Stanley, la Rockefeller, las financieras de George Soros y otras; someter a los estados nacionales y asociarse a las burguesías periféricas para lograr sus objetivos. De esta situación se desprende nuestra aseveración de que los mal llamados “líderes” del mundo occidental y cristiano no son más que meros títeres en manos de los intereses de la burguesía financiera imperialista.

Los Bancos Centrales de casi todos los países desarrollados y subdesarrollados están en manos PRIVADAS: MANIPULAN LAS FINANZAS DEL MUNDO AL COMPÁS DE SUS INTERESES CORPORATIVOS. Estas corporaciones financieras no reparan en desatar guerras, fabricar “revoluciones”, impulsar sangrientos golpes de estado para conseguir sus fines. Su objetivo final es apropiarse de las riquezas acumuladas y las riquezas naturales del planeta, sin importarles el hambre y la miseria de la humanidad. Mucho menos les interesan las consecuencias ambientales que están convirtiendo al planeta en un lugar muy poco habitable, un basurero de desechos nucleares, químicos y otros que afectan la salud y la vida de sus habitantes.

Una de las medidas que usaron y usan como palanca, es el endeudamiento de los países periféricos, que les permite obligarlos a vender o entregar en alquiler, a precio vil, sus empresas estatales más rentables y también a ceder las riquezas forestales, petrolíferas, acuíferas, mineras, etc. En América Latina lo hicieron a través de cruentos e incruentos golpes de estado, con la activa participación de sus socios nativos. Ahora, mantienen el control con regímenes -que se ajustan a sus necesidades- que varían en las formas, pero que invariablemente tienen el mismo contenido: pagar las deudas externas por encima de las necesidades de sus pueblos, entregar los patrimonios nacionales a la voracidad de las corporaciones transnacionales, mientras someten a los pueblos por la violencia y a través del miedo o con mentiras y engaños para entregarlos a la más cruel explotación, a la vez que expulsan enorme cantidad de sus poblaciones hacia la marginación social. En toda la región aumentan los índices de mortandad infantil, desnutrición, analfabetismo, delincuencia y otros que tienen orígenes en la cada vez más amplia marginación social. Por eso afirmamos que el abismo entre los más pobres y los más ricos se ensancha de manera peligrosa y las burguesías y sus gobiernos títeres no tienen la voluntad política -y mucho menos la capacidad- de resolver esta flagrante contradicción.

A través de sus “fundaciones”, a lo largo y ancho de la tierra, han organizado miles y miles de las llamadas ONGs (organizaciones no gubernamentales) que les permiten evadir impuestos en sus países de origen y trasladar fondos a sus servicios de inteligencia y otros -que subyacen muy ocultos- con los cuales cooptan personas a las que entrenan en distintas actividades con el fin de desestabilizar -a sus conveniencias- los regímenes que no aceptan sus directrices rápida y totalmente. Para aseverar las manipulaciones de estas fundaciones supuestamente filantrópicas basta ver todas las “revoluciones de colores” que se hicieron en Rumania, Ucrania, Polonia, Checoslovaquia, Georgia y algunas que fracasaron. Las “manos” de la Fundación de George Soros van a sobresalir por encima de todas las manos. Debemos llamar la atención sobre las organizaciones no gubernamentales en nuestro país. A finales de 1980 en el país había una cantidad ínfima, pero a finales del 1990 y hasta la fecha, superan las dos mil…

Las riquezas acumuladas por los países árabes y los del norte de África, producto del petróleo, principalmente, y de otras riquezas naturales como oro y diamantes, son cuantiosas y parte de los excedentes han sido invertido en los países centrales en industria farmacéutica, automotriz, acero, construcción y… ¡En “salvar” las grandes corporaciones bancarias y financieras…! Dicho de otra manera, los países árabes son acreedores de los países centrales. Éste es uno de los motivos por el cual la burguesía financiera imperialista está interesada en desestabilizar regímenes que sus políticos han sostenido por décadas. Otro motivo es “desviar” el rumbo de las movilizaciones de las masas hacia objetivos que sean aleatorios con sus propiedades e intereses.

Pero hay un objetivo “mayor”: quebrar la banca islámica que ha tomado un impulso inusitado por sus características asentadas en fundamentos teológicos, los del Corán. Según se sabe, la banca islámica prohíbe la especulación y orienta el dinero de sus clientes hacia actividades productivas, más otras características que la hacen más confiable y menos onerosa.

El Banco Central de Túnez, en manos privadas -se supone que está en manos de representantes de la banca Rothschild-, lo primero que intervino fue el banco islámico Banque Zitouna, abierto por Sakher El Materi, yerno de Ben Alí. El conocimiento de esta situación no exime a los títeres del imperialismo como responsables del hambre, la miseria y las injusticias contra sus pueblos. Tampoco nos debe llevar a pensar que la banca islámica es mejor que la banca imperialista y que porque no cobra intereses el capitalismo es mejor, la prueba está en que los pueblos han sido empobrecidos, saqueados y marginados y la banca islámica jugó su papel en este proceso. Lo que este ejemplo nos deja al desnudo es lo que se está dirimiendo: una puja inter burguesa, inter capitalista. Nos explica, un poco mejor, el interés de la burguesía financiera imperialista en retorcer los hechos, mentir a través de todos sus periodistas mercenarios y el interés de mostrarnos “revoluciones” que no existen, bombardeos que tampoco existen, pero que tienden a preparar a la “opinión pública mundial” para justificar la invasión de países en nombre de supuestas “ayudas humanitarias”.

Los proletariados del mundo debemos solidarizarnos con los pueblos, denunciando las maniobras de la burguesía financiera imperialista, exigiendo a los gobiernos que se pronuncien por el principio internacional de la libre determinación de los pueblos y en contra de toda injerencia extranjera. Debemos exigir que rompan relaciones de todo tipo con los agresores. Debemos denunciar todos los tratados económicos, políticos y militares con los países agresores, como así también el papel belicista del Secretario General de la ONU y exigir su renuncia. Debemos exigir que el Tribunal Penal Internacional juzgue a Barack Obama, Hillary Clinton, George Bush, Condoleza Rice y a sus generales por crímenes de Lesa Humanidad y, de la misma, manera a todos los gobernantes de las últimas décadas del Estado de Israel e Inglaterra.

MARIO ROBERTO SALVATIERRA.