Partido Revolucionario de los Trabajadores
Por la Revolución Obrera, Latinoamericana y Socialista "El deber de todo revolucionario es hacer la revolución" (Ernesto Guevara)

Imprime esta página - Tamaño de texto + / -PRT Opina - 07.03.2011

INTERNACIONAL

Año nuevo, políticas viejas

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A medida que la crisis del sistema capitalista se profundiza, a los Estados burgueses se les van acabando las recetas. Tanto en Estados Unidos como en Europa siguen apostando a los ajustes (1 y 2), recetas cuyo único resultado es hacer caer la crisis sobre las espaldas de los trabajadores. La inevitable consecuencia de ésta política es la agudización de la lucha de clases, como ya podemos empezar a apreciar en Wisconsin a pesar de los vastos intentos de ocultar la situación en ese estado norteamericano por parte de los medios de desinformación de la burguesía (3). Allí, el peso de los recortes ha caído primero, como suele suceder en estos casos, en las espaldas de los trabajadores estatales, los cuales se han puesto en pie de lucha y han logrado concitar la solidaridad de las organizaciones obreras existentes en ese lugar. Europa tampoco es la excepción: el pueblo griego sigue en las calles, diciéndole que no a los recortes que la burguesía financiera internacional viene imponiéndole a través del FMI (4).

Lejos de estar circunscriptas a un único país o tan sólo a un conjunto de países, las condiciones materiales para la agudización de los conflictos sociales en general son una constante en la actualidad. La profunda crisis que se viene dando en Libia en estas últimas semanas es un ejemplo más. Libia, que en tiempos de la URSS se apoyaba en ella para lograr cierta independencia del imperialismo, es un país que en la actualidad se encuentra atravesado por profundas diferencias (5). Por un lado el Oeste, donde se encuentran asentadas las tribus que son la base de apoyo social de Khadafi. Por otro, en el Este, se encuentran los pozos y las refinerías que constituyen los principales proveedores de gasolina para toda Europa y una de las principales fuentes de petróleo del mundo. Mientras que los habitantes del Este, vecinos del candente Egipto, se ven librados a las manos de multinacionales como la Halliburton (6), los del Oeste tienden a ser favorecidos por la mano del “Líder de la Revolución”. En este escenario, con el contexto de la crisis mundial y el despertar de los pueblos de la región, estalló la guerra civil en la cual se encuentra sumida actualmente Libia. Esta guerra civil solamente puede ser resuelta por el mismo pueblo libio que tiene el deber y el derecho de solucionar sus propios problemas y que es conciente de que ningún tipo de “intervención militar humanitaria” por parte de las tropas imperialistas puede traerle ninguna solución verdadera ni serle de ayuda (7). Es por ello que, en un principio, ha rechazado cualquier posible intervención por parte de los Estados Unidos.

A pesar de que con la profundización de la crisis la única salida que vislumbra la burguesía imperialista es forzar un nuevo reparto del mundo mediante la guerra, la realidad le está resultando un hueso muy duro de roer. En la medida en que el proletariado mundial empieza a movilizarse y organizarse para no ser el convidado de piedra de la crisis capitalista, a la burguesía se le vuelve más y más difícil darle a su crisis la salida que tiene planificada. Así, con cada día que pasa, el hartazgo se va haciendo carne en las masas y va demostrando en la práctica que los intereses de nuestra clase se encuentran absolutamente enfrentados con los de la burguesía. Como dice el dicho: el hombre propone y la lucha de clases dispone...

NACIONAL

A los dichos se los lleva la corriente…

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El año electoral desnuda los peores costados de los políticos nacionales, porque queda en evidencia el contraste entre sus promesas y sus actos... Comenzaron las sesiones de los “atareados” congresos nacional y provinciales y los discursos de nuestros “líderes” políticos son un pergamino de mentiras que pretenden fundamentar sus engañosas campañas.

En este escenario, Daniel Scioli comenzó con el pie derecho: exigió la baja en la edad de imputabilidad (1), como si ésa fuera la solución a la falta de educación, a la carencia del fomento de la cultura del trabajo y a la desocupación generalizada, en síntesis, a la ausencia de un plan político serio que permita a nuestros jóvenes tener igualdad de condiciones y no de oportunidades. Sin embargo, no es un cambio de política del gobernador de la provincia de Buenos Aires, sobre todo si se tiene en cuenta que la policía bonaerense tiene el récord argentino de muertes por gatillo fácil y tortura en comisarías (2). Como si fuera poco, Scioli augura hipócritamente que “Nosotros vamos en línea con lo que la sociedad reclama, y la sociedad reclama seguridad, luchar contra la droga, el narcotráfico” (3), cuando tanto el narcotráfico como los desarmaderos de autos y la trata de mujeres y niñas, son inseguridad para nuestra sociedad y un gran negocio para sus fuerzas de seguridad.

Si de mentiras nacionales se trata, la presidenta lanzó el plan “Argentina 2020” para industrializar el país en 10 años, gran farsa que el gobierno impulsa hace tiempo (4) porque para una verdadera industrialización se necesita fomentar seriamente la educación técnica, desmantelada hace tiempo, derogar las leyes de polifuncionalidad de Martínez de Hoz y de flexibilización laboral de Cavallo, y una ley que obligue a las empresas a comprar productos nacionales, entre otras medias que el gobierno no está tomando. Y en consonancia con estas políticas desfavorables a nuestra clase, el gobierno nacional salió a hacerse eco de los empresarios que no están dispuestos a reducir su tasa de ganancia y amenazaron con que los aumentos salariales generarán inflación (6). Es llamativo cómo el titular de la Cámara de la Construcción, Carlos Wagner, asegura que se trasladará el aumento salarial indefectiblemente a los precios finales, cuando el negocio de la construcción va viento en popa y acumula la decimosexta suba interanual consecutiva (7). En definitiva y como todos los años, los aumentos salariales serán deglutidos por la inflación.

Esta política no es exclusiva de ningún partido burgués, con matices o sin ellos, TODOS benefician a la clase dominante en detrimento de nuestros intereses. Tal es el caso del “socialista” Hermes Binner, quien se declaró en contra de un fallo judicial que prohíbe las fumigaciones en las cercanías a las zonas urbanas, poniéndose en favor de las ganancias de las productoras agropecuarias y en contra de la salud de los santafecinos, minimizando el efecto cancerígeno del glifosato (8 y 9). De todos modos, el fallo tampoco tiene un carácter muy “socialista”: se pretende prohibir el uso del glifosato, por su peligrosidad, sólo en las inmediaciones de las zonas urbanas pero ¿Acaso los pobladores rurales son inmunes a su efecto…? Que la salud de los argentinos no le interesa a ninguna gestión del estado burgués no es una novedad. La contaminación pasa a segundo plano cuando de favorecer los intereses burgueses, ya sean nacionales o extranjeros, se trata. Así quedó demostrado en Gualeguaychú, Andalgalá y San Juan y quedará al descubierto en todas las provincias donde la minería contaminante tenga jugosos negocios, por más de que el gobierno nacional se quiera despegar del costo político de entregar nuestras riquezas minerales a cambio de contaminación y se lave la cara sacando una ley inservible de glaciares que cada provincia podrá ratificar sin impedimentos (10). Lo único que puede frenar este atropello a nuestro pueblo es la movilización popular que, sin prisa ni pausa, empieza a organizarse (11)…