Partido Revolucionario de los Trabajadores
Por la Revolución Obrera, Latinoamericana y Socialista "El deber de todo revolucionario es hacer la revolución" (Ernesto Guevara)

Imprime esta página - Tamaño de texto + / -PRT Opina - 08.02.2011

INTERNACIONAL

Aunque el trono se forre de seda, sigue siendo de madera

(1)http://www.clarin.com/
(2)http://www.rebelion.org/
(3)http://espanol.cri.cn/
(4)http://www.elpais.cr/
(5)http://internacional.eluniversal.com/

Mientras el pueblo egipcio sigue en pie de lucha, movilizándose para reclamar la renuncia inmediata de Mubarak (1), la burguesía intenta encontrarle una nueva cara a las mismas políticas de hambre y desocupación. Los diversos ardides que antes utilizaba para garantizar sus intereses, como gobiernos títeres, infiltrados de la CIA y ONGs, ya no le resultan. Hoy debe ser el mismísimo premio Nobel de la “paz”, Barack Obama, quien encabece el “proceso de transición”, entrometiéndose descaradamente en los asuntos internos de un país supuestamente soberano como es Egipto (2). No hacen falta más síntomas para diagnosticar la profunda debilidad del imperialismo norteamericano.

Es patética la impostura de presentar estas negociaciones como si lo que le interesara a Estados Unidos fuera el futuro del pueblo egipcio (3), cuando en realidad su necesidad es garantizar sus intereses en la región, para los cuales Egipto es una pieza clave (4). Mantenerlo dentro de su órbita le resulta vital para mediar entre Israel y otros estados de la región, tales como Irán y Líbano, y para descomprimir el conflicto palestino-israelí. En las condiciones actuales, la única manera para que el pueblo egipcio logre alcanzar algún tipo de progreso es la ruptura de relaciones diplomáticas con los Estados Unidos.

La política de engaño y cooptación del imperialismo norteamericano hacia el pueblo egipcio, construida sobre las millonarias “contribuciones” al ejército de ese país (5), se suma a la crisis que viene recayendo sobre sus espaldas, pero el pueblo no es tonto ni vive de discursos. ¿Qué ocurrirá cuando tome conciencia de que han sido reemplazadas algunas figuritas, pero que, en verdad, no ha cambiado nada…?


NACIONAL

El verdadero nombre de la inseguridad es “burguesía”

(1)http://www.urgente24.com/
(2)http://www.lanacion.com.ar/
(3)http://www.mdzol.com/
(4)http://www.pagina12.com.ar/
(5)http://www.clarin.com/
(6)http://www.laroscapolitica.com.ar/
(7)http://tiempo.elargentino.com/
(8)http://www.argenpress.info/

A lo largo de estos últimos días la seguidilla de acusaciones y desmentidas que se cruzaron entre los distintos organismos de “seguridad” del estado burgués han dejado al desnudo cuál es la verdadera política hacia los derechos humanos vigente en la actualidad. Más allá de cualquier discurso y lejos de cualquier acto de la memoria, los políticos burgueses mandan a sus fuerzas represivas a entrenarse a la “Academia Internacional para el Cumplimiento de la Ley”, nuevo nombre para la vieja y conocida Escuela de las Américas donde se entrenaron los genocidas de ayer (1, 2). Vale preguntarse: ¿Para qué viajaron las policías federal, bonaerense y metropolitana a entrenarse en “tácticas antiterroristas”…? Detrás del eufemismo de las “tácticas antiterroristas” se esconde el entrenamiento contrainsurgente, así como detrás de la “guerra contra el terror”, pregonada por el imperialismo norteamericano, en realidad se esconde una guerra contra los pueblos. Este “viaje de estudios” -que se enmarca perfectamente en las leyes antiterroristas acordadas con el imperialismo norteamericano- demuestra cómo la burguesía prepara hoy a los genocidas que necesitará mañana.

Pero mientras algunos oficiales de las fuerzas de la inseguridad viajaron a entrenarse al exterior con la mente en el mañana, otros se quedaron en el país, confirmando que sus prácticas de siempre siguen sumamente vigentes. Las torturas y vejaciones a las que oficiales del servicio penitenciario de Mendoza sometieron a algunos de los internos que tenían bajo su custodia (3), no son una excepción, sino la regla en las cárceles de nuestro país: representan una de las tantas caras que toma la criminalización de la pobreza. ¿Es a estas cárceles adonde quieren enviar a los adolescentes si cumplen su cometido de reducir la edad de imputabilidad penal?

Si queda alguna duda del destino que la burguesía tiene en mente para los jóvenes, basta con mirar lo sucedido en José León Suárez la semana pasada. Ante el descarrilamiento de un tren de la línea Mitre –conocida, como la enorme mayoría, por su falta de mantenimiento- y el saqueo de su contenido por algunos vecinos de la zona, la policía bonaerense respondió asesinando por la espalda a dos jóvenes (4). Después vinieron las justificaciones: que el tren había sido descarrilado por “una banda de delincuentes”, que los chicos le dispararon primero y un etcétera tan largo como impresentable. Pero los vecinos de los jóvenes asesinados saben bien cómo se dieron los hechos (5), saben perfectamente que la policía (que responde a Ricardo Casal, quien fue oficial de inteligencia del servicio penitenciario bonaerense durante la última dictadura) (6) les tiró a matar precisamente por ser pobres. Es por eso que hicieron sentir su justo odio en las puertas de la comisaría de la zona.

La burguesía y sus voceros parecen muy impacientes por encerrar a lo que ellos muy ligeramente engloban como “la delincuencia”, pero no parecen demasiado preocupados por perseguir a los delincuentes que pertenecen a su misma clase. Si no, miremos Córdoba, donde una empresa multinacional tenía reducidos a la servidumbre a 140 trabajadores (7). ¿Serán tan rápidos para pedir “mano dura” contra sus CEOs como lo son para hacerlo contra los pobres de nuestro país? Sobran razones para dudarlo… Saben demasiado bien que la superexplotación es la base de su ganancia y no están dispuestos a ceder ni un centavo.

De lo que nunca parecen olvidarse es de la necesidad del tan cacareado “pacto social” para contener los justos reclamos de nuestra clase. Un ejemplo es San Juan, donde los gobiernos nacional y provincial junto con la burocracia sindical traidora y desclasada fueron la primera línea en la defensa de las ganancias de la Barrick Gold. Todos ellos firmaron pacto social para intentar ponerle un techo a los salarios de los mineros (8)… Nada demasiado distinto del pedido de “racionalidad” al reclamo de los portuarios de Rosario, mientras intentaban archivarlo dictando la conciliación obligatoria. ¿Qué tienen en común ambos conflictos? Tanto el de Rosario, como el de San, Juan tocaban de manera directa los intereses de grandes monopolios multinacionales. Quien quiera oír, que oiga…

La verdadera inseguridad es la de la superexplotación de nuestra clase, la falta de trabajo, los salarios que no alcanzan y la represión de la protesta social, justamente todo aquello de lo que prefiere no hablar demasiado la burguesía, porque ella misma es el origen: la verdadera inseguridad son sus políticas. Solamente oponiéndole nuestra organización podremos acercarnos a la concreción de lo que nuestra clase desea y merece.