Imprime esta página - Tamaño de texto + / -PRT Opina - 28.07.08
Nuevamente queda demostrado que el aparato represivo sigue intacto; que todos los miembros de las fuerzas armadas, policiales, de gendarmería y prefectura no hacen más que proteger a los suyos; y que este gobierno es incapaz de llevar adelante lo prometido. No alcanzó con la desaparición de Julio López o con la “misteriosa” muerte de Febres, ahora el pueblo argentino tiene que soportar un nuevo insulto a su inteligencia: nadie se escapa si no cuenta con una cadena de complicidades, en este caso, de la Policía de la Provincia de Buenos Aires, la “maldita” policía.
Es tarde para ofrecer “recompensas”: UN ASESINO MÁS ANDA SUELTO.
Sin cámaras que tergiversan la realidad, sin periodistas obsecuentes que derrochan babas por la burguesía, sin resoluciones gubernamentales que los protejan, los silenciados de la tierra son miles y miles de seres humanos, tan argentinos como los dueños de las cuatro por cuatro, los piqueteros terratenientes.
Fueron los primeros en denunciar la sojización del país que no es otra cosa que la acumulación de ganancias y la concentración de la tierra en manos de un puñado de burgueses despreciables. Son los últimos a la hora del reparto...
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