El Combatiente Nº 72
Agosto - Septiembre 2016 - Edición Nº 72
 

EDITORIAL

Hace seis meses atrás, en el editorial Nº 70 de nuestro “El Combatiente”, considerando las tensiones internacionales entre el eje occidental y los países del BRICS, especialmente Rusia y China, sosteníamos que “Si consideramos que esa disputa se da dentro de un contexto internacional de recesión y que este gobierno ha reestablecido las relaciones carnales con el imperialismo creyendo que lo va a salvar, es fácil colegir que los capitales tan ansiados ni llegarán ni se derramarán en lo absoluto para salvarle las papas a Macri, aunque sea el primero en decir presente ante el golpe blando de Brasil tratando de hacer buena letra ante el gendarme del mundo.”. Es decir, no habría ni derrame ni lluvia de capitales. Algunos ingenuos que no tuvieron en cuenta ese contexto internacional sostenían que Macri tendría su propia primavera, una suerte de corta etapa que le diera respiro y margen de maniobra para continuar con su política manteniendo cierto consenso. No nos equivocamos, la única lluvia que hemos tenido es la de un invierno crudo sin el calor de las estufas como respuesta defensiva al tarifazo descomunal de Macri.

La alineación ideológica del gobierno con el imperialismo en su peor etapa, la de una caída sin fin ni fondo, lo llevó a pensar, idealistamente, que su gobierno sería no sólo recibido con los brazos abiertos por el lacayo Obama, sino retribuida en la justa medida de su servil papel con el envío de capitales e inversiones que lo mantuvieran a flote mínimamente. Sin embargo, lejos del anunciado derrame, a poco de andar, Macri y su gobierno advirtieron que no llegarían los tan ansiados capitales y que el “amor” de las renovadas relaciones carnales no pasaría de las fotos, los halagos y las declaraciones de bienvenida y buenos oficios. Como consecuencia del fracaso, la anunciada “recuperación” de la economía para el segundo semestre fue postergada para un semestre de un año indefinido. En ese marco partió hacia la reunión del G20, donde intentó referenciarse como líder regional, considerando la crisis venezolana, el desprestigio de Temer y el alicaído Mercosur que se ha transformado en una buena bolsa de gatos. Recibió saludos, halagos y se sacó fotos con mandatarios del mundo, pero lo que se dice traer capitales, no trajo: salvo promesas, regresó con las manos vacías a ésta, SU realidad como jefe de un gobierno que hace agua por los cuatro costados.

Como hemos dicho en números anteriores, apenas asumió, el macrismo renegó de todos los convenios internacionales realizados por el anterior con Rusia y China, algo que pensaba sostener con la supuesta lluvia de capitales occidentales. Pero también tuvo que retroceder en esas posturas rápidamente y en la reunión del G20 no tuvo otra alternativa que refrendar el convenio con China por la construcción en Neuquén de la estación espacial. Así, la canciller Malcorra firmó con el canciller chino, Wang Yi, el Protocolo Adicional al Acuerdo de Cooperación que establece el uso civil y exclusivamente pacífico de la estación.

Confundiéndose de rol y creyéndose Fidel Castro, sin el más mínimo pudor, Macri dijo en su discurso del G20 que en “Argentina hemos dejado atrás muchos años de populismo y hemos hecho cambios revolucionarios”, algo que ni su hija Antonia le cree… Entre foto y foto, intentó cerrar algún acuerdo, mientras sostenía que el país necesita “financiamiento a largo plazo y reglas de juego claras". En realidad, de toda su perorata y tanta sonrisas petrificadas que expandió sólo hay que rescatar su desesperación para conseguir inversores productivos y no lo que ha conseguido hasta ahora: una runfla de banqueros timbeando en su beneficio y en nuestro perjuicio, algo que tampoco le conviene porque pierde día a día más y más consenso, lo que hace peligrar la estabilidad y gobernabilidad de su gobierno. Si bien a Putin le interesan las exportaciones de alimentos, tampoco es promisoria su expresa “buena voluntad”: Argentina no está en condiciones de exportar alimentos que puedan superar las rígidas normas rusas de control, especialmente cuando Rusia tiene prohibidos los alimentos tratados con transgénicos. Así que todo queda en aguas de borrajas y pese a que algunos medios burgueses vendieron el “éxito” de la participación de Macri en la cumbre, la verdad es que volvió como se fue: con las manos vacías.

Cada día más lejos de las supuestas “previsiones” electorales y de principios de la gestión para el año, cuando prometieran una inflación anual del 25%, las proyecciones auguran un 56%. Estos números trascienden una cifra vacía para tomar cuerpo en la cotidianeidad de nuestras vidas. Mientras, los salarios pautados en paritarias promedian, con suerte, el 30% hasta marzo-abril del año que viene y en el período entre diciembre y agosto han perdido el 63% de poder adquisitivo como consecuencia no sólo de la inflación, sino de la devaluación. Queda bien claro quiénes estamos pagando el ajuste de Macri y para quiénes gobierna: 128.000 millones de pesos fueron transferidos a los sojeros y las mineras con la generosa quita de retenciones; 1.735 millones de dólares fueron vendidos por el Banco Central para mantener el precio del dólar y, como si fuera poco, se emitieron 16.500 millones de dólares en bonos para pagarles a los fondos buitres, considerando que cualquier emisión de bonos implica deuda a futuro…

Los CEOs integrantes del gabinete de ministros y funcionarios de primera, segunda y tercera línea asumieron sus cargos convencidos de la sacro santa recetita vieja ya aplicada en el país por Martínez de Hoz y su digno sucesor Cavallo: la de frenar la economía con recesión para parar la inflación. Es decir, empobreciéndonos a todos para que compremos cada vez menos. Así, los precios no subirán porque nadie comprará nada y, suponen, que bajarán como consecuencia. La recesión es un hecho incuestionable en tan sólo ocho meses de gobierno: las PYMES bajaron el 43% de su producción ante el tarifazo y el aumento del 48% de las importaciones de los mismos productos que antes se fabricaban en el país; del 28% fue la caída del índice de construcción respecto del año anterior sólo para el mes de julio; 5.000 comercios habían cerrado hasta principios de junio (no se conocen cifras para julio y agosto); las automotrices aumentaron en un 47% las suspensiones a los trabajadores como consecuencia de la caída estrepitosa de las ventas. Podríamos seguir con cifras que van de lo alarmante a lo descabellado, pero sólo con estos números y el simple hecho de vivir somos perfectamente concientes de que el “cambiemos” era nuestro salario de bolsillo al bolsillo de los poderosos.

Y éstas son algunas de las razones por las cuales Macri salió a hacerse el simpático con todos los líderes de las principales potencias en el mundo. Ya no importa si es Obama, Putin o Xi Jinping quien dé la venia para que algún capital se lance a la aventura de venir a invertir en el país. Se le acabaron los pruritos ideológicos al gobierno, cualquiera le vendrá más que bien si arrima unos dólares, rublos o yuanes que pongan en movimiento una economía que no tiene miras de salir de la caída en picada. Atrás quedaron sus sueños de barrer con todo a cambio de que las empresas vengan a hacer negocios. Sí, está barriendo con todo, pero fuera de la especulación bancaria no hay nadie que mueva un centavo.

Todo se le cae a pedazos al gobierno con su economía y cada medida recesiva que toma. La aplicación de los tarifazos no sólo levantó una ola de recursos de amparo refrendados por la justicia que no paró hasta la Corte Suprema, sino que derribó el consenso que tenía en sectores medios, pequeña burguesía de la ciudad y el campo y proletariado de servicios. También comienzan las críticas dentro de la propia Unión Industrial Argentina: es que los despidos no producen plusvalía y tampoco alcanzan para mantener intacta la tasa de ganancia. Tanto las pequeñas y medianas empresas, como la industria se han visto notablemente perjudicadas con los tarifazos. El fallo de la Corte Suprema que alcanza sólo a los usuarios residenciales, dejó afuera a un 76% de los consumidores de gas entre los cuales están las industrias, empresas y comercios. Esos sectores ya no están contentos como en diciembre, cuando aplaudían despidos masivos de trabajadores del estado o cuando echaban a Sabatella de AFSCA. Nada de todo eso produce ganancias… Macri y sus CEOs representan a un sector MINORITARIO de la burguesía y está generando una sorda contienda entre sus pares de clase. Ese sector minoritario no representa los sectores industriales, sino los ligados a lo más reaccionario de la oligarquía de la bosta asociada con la burguesía bancaria.

Todo es paradojal: Macri desesperadamente quiere cerrar negocios con China, pero la Unión Industrial Argentina antes de que partiera lo advirtió sobre los riesgos que las importaciones chinas tenían para la industria local, a la vez que le reclamó dejar de ser la convidada de piedra de la burguesía: quiere una reforma tributaria como la que el gobierno le dio al campo. Por otra parte, la caída de las ventas que produce una crisis dentro de la crisis, la superproducción, también repercute no sólo en el desempleo de trabajadores, sino en el creciente malestar social indetenible ante despidos y suspensiones. Ni siquiera la corrupta central obrera, ahora “unificada” también en una bolsa de gatos cómplices del sistema, el ajuste y todos los gobiernos burgueses, pueden detener las masivas movilizaciones tejidas por otras organizaciones al calor del descontento que aumenta. Estas tensiones sociales hacen que se pierda algo que la burguesía adora: la gobernabilidad y empuja a las masas a un estallido del que nadie sabe cuál será su dimensión. En lo que va del año los trabajadores han protagonizado 191 paros y nada menos que 81 marchas y movilizaciones de todo tipo.

La CGT ya no puede disimular los acuerdos que tiene con el gobierno, dilata un paro general pedido a gritos por los trabajadores. Tampoco ninguna de las dos CTA, a pesar de ser las únicas centrales convocantes a masivas marchas, toman el pedido de paro con la premura que tienen los trabajadores. Unos, amenazan de palabra pero miran impávidos cómo se deteriora el salario y la vida de sus representados, los otros, siguen con las ideas de actos y marchas, prometiendo paros sin fecha concreta. La CGT está desnuda. Alcanza con preguntarle a cualquier trabajador qué opina de sus dirigentes para recibir como respuesta que son traidores y corruptos. Han dejado de ser secretos sus negocios, han dejado de cuidar las apariencias envueltos en sus acuerdos a nuestra espalda con uno de los peores gobiernos burgueses que hemos tenido. Unos son fríos calculadores mercachifles de amenazas que a nadie hacen temblar, los otros son tibios y están sumergidos en sus internas, aunque a fuerza de presión de sus representados, que están más allá de sus mezquindades intestinas de palacio, convocan a movilizaciones de protesta como única salida. Sin embargo, por necesidad e intuición, los trabajadores salen masivamente ante cualquier convocatoria, dando lecciones de lo que es tener la decisión política de detener el ajuste del gobierno, algo que deberían aprender estos dirigentes antes de que les pateen sus cómodos sillones. En ese camino vamos bien. Es el papel que tenemos que hacer todos los trabajadores: presionar y presionar. No cejar, no dormirnos, NO CREERLES NADA, no darles respiro, obligarlos a que se pongan a la cabeza. Y decirnos una y otra vez NI UN PASO ATRÁS.

Según el Centro de Economía Política Argentina (CEPA) durante el gobierno de la revolución de la alegría los despedidos ascienden a 154.786 trabajadores, mientras que las suspensiones no se han podido estimar porque la cifra se amplía día a día. 500.000 cuentas de sueldos se han cerrado, de lo que se deduce que los que no fueron despedidos fueron precarizados y pasado al trabajo ilegal, sin cobertura de salud ni aportes jubilatorios.

Para tener una idea de la repercusión del tarifazo de Macri: el 41% de los servicios (agua, gas, luz) se encuentra IMPAGO desde que se aplicaron los aumentos. Desde 2002, cuando los coletazos del 19 y 20 de diciembre de 2001 marcaban la economía, no se registraba una cifra semejante. Estos impagos no reflejan una resistencia civil, sino una imposibilidad de afrontar los aumentos que, obviamente, perjudicaron a trabajadores y pobres. Colas de gente que ocuparon cuadras y cuadras se vieron frente a Metrogas, donde los usuarios no sólo iban a quejarse, sino a pedir planes de pago para UNA factura, algo que, de continuar con los aumentos, llevaría a la acumulación de planes de pago IMPAGABLES por parte de los sectores más empobrecidos y ya ni siquiera hablamos de desocupados, sino de maestros, obreros, proletariado de servicios que perciben, apenas, sueldos de convenio o jubilados con haberes mínimos. Un verdadero despropósito, una ausencia absoluta de conocimiento de la realidad fue lo que hizo el Ministro Aranguren con el aval del presidente y todo el gabinete. Ese despegue de la realidad les impide diferenciar la administración de una multinacional, de la administración de un país, a tal extremo llega su estupidez y barbarismo. No es casual que la Corte Suprema se viera en la encrucijada de emitir un fallo negociado con el gobierno previamente que terminó deteniendo la estupidez oficial cortando de cuajo los tarifazos para los usuarios residenciales: había que distender el clima social lo más rápido posible. Muchos leyeron este fallo como un cachetazo de la Corte al gobierno, pero se equivocan, apenas si fue la mejor salida que le diera algo de oxígeno para retardar la conflictividad creciente. Nunca hay que olvidarse que tanto el poder ejecutivo, como el legislativo y el judicial conforman el mismo estado burgués pensado para la dominación de la burguesía sobre los trabajadores y para administrar sus intereses teniéndonos lo más apaciguados posible. Por eso el gobierno de Macri juega con fuego, porque lo único que acumula es bronca y resistencia. ¡Lejos ha quedado el tibio respaldo de los votos de diciembre de 2015! En apenas ocho meses hizo polvo su escuálido y prestado capital político.

Tanto se ha deteriorado su inicial respaldo social que la marcha convocada en su apoyo por las redes sociales se transformó en la marcha de la vergüenza: un puñado de cien personas se concentraron en el obelisco, dejando al desnudo la pérdida de convocatoria del gobierno. A muchos kilómetros de distancia quedaron aquellos que se movilizaron al son de “Je suis Nisman”, los que pedían a gritos un “cambio”. Parece que no tenían previstos estos “cambios” que los empujaron a perder pequeños comercios, escuelas privadas para sus hijos, estufas a gas apagadas, recortes en el presupuesto diario. Lo único que queda del amarillo de los globos son las tapas y notas del grupo Clarín, porque hasta La Nación está tomando rápida distancia de la revolución de la alegría.

Mientras, la supuesta oposición se nuclea convocada bajo el nombre de Cafiero para refundar, 29 años después, la “renovación” peronista, que se renueva sin renovarse. ¿Qué tienen de renovados Insfran, el represor de originarios; Gioja, el empresario minero; Felipe Solá, el sojero de la pampa húmeda responsable de la introducción de los transgénicos en el país; Bertone, la represora de trabajadores de Tierra del Fuego; Daer, uno de los tantos burócratas sindicales atornillados en sus sillones, responsable actual del papel de desentendidos que tienen los dirigentes de la CGT unificada? Nada. Son los mismos perros que pretenden que creamos que cambiaron de collar. Lejos de las bases peronistas siguen creando líneas internas distanciados de la realidad material, repitiendo como nuevos viejos proyectos que ya nadie cree. Así como la dirigencia de la CGT, ellos van por un lado y sus representados por el otro tomando las calles, saliendo una y otra vez a protestar, parando en sus lugares de trabajo… Es como si pertenecieran a dos mundos diferentes, unos, despegados del contexto político actual y otros atados a él con los pies sobre la tierra. Unos, por pertenecer a la burguesía, con la panza llena, otros, por ser las víctimas principales del gobierno, luchando contra la panza vacía. Dos mundos excluyentes y contradictorios entre sí. Y no es casual, sino la expresión de la lucha de clases en el seno del partido burgués por excelencia.

Así como consideramos que el fallo de la Corte Suprema no fue ningún cachetazo para el gobierno –en todo caso el gran golpe lo dieron los usuarios con sus amparos- sí consideramos que el fallo de La Perla fue un cachetazo para la política oficial de la desmemoria, de las prisiones domiciliarias a los genocidas, de la “reconciliación” con fórceps, del olvido por decreto de los 30.000 desaparecidos que ningunean pretendiendo achicar el número para desconocer el genocidio del cual son DIRECTOS RESPONSABLES porque son los mismos que cuarenta años atrás sostenían a sus esbirros de la dictadura. Es que ellos SON el partido militar. Sin embargo, en Córdoba, provincia en donde más del 70% respaldó con su voto la candidatura de Macri, sentenciaron a cadena perpetua a 28 asesinos, torturadores, violadores, en absoluto disenso con la línea del gobierno que votaron. 10.000 personas acompañaron la lectura del fallo en la puerta de los Tribunales Federales en un día tórrido. 10.000 personas en horarios de trabajo estuvieron allí en un día laborable respaldando el accionar de los jueces que intervinieron en la causa insigne de la provincia sobre el accionar represivo de uno de los mayores centros clandestinos de exterminio del país. Y esas 10.000 personas le dijeron NO a retroceder en el tiempo, NO a aceptar el olvido, NO a perdonar a ningún genocida, NO a cualquier tipo de reconciliación.

El gobierno parece una cosechadora de tozudos NO: tarifazos, olvido de la represión de la dictadura, despidos, suspensiones. Es importante visualizar que ni siquiera antes de los hechos de diciembre de 2001 la movilización popular fue tan intensa como en estos ocho meses de gobierno de Cambiemos. Hace décadas que no vemos multitudes reventando cada lugar donde se convoca a una protesta. El gobierno, por ahora, se cuida bien de encender la mecha con una represión o de aplicar el protocolo antipiquetes que sólo desempolva, cobardemente, contra viejos jubilados o desocupados cuando apenas son un puñado disperso. Lo cierto es que en todas las grandes movilizaciones realizadas no ha reprimido, aunque muestre los dientes rodeando las convocatorias con carros de asalto y policía. Es tanto el rechazo popular que se ha ganado que ni siquiera puede hacer un acto sin rodearse de vallas, policías y gendarmes. Todo lo hacen encerrados en un corralito donde se cocinan en su propia salsa. Es por eso que, en un acto de sinceridad, el propio presidente de la Cámara de Diputados, el macrista Emilio Monzó, sostuvo que “Si seguimos así, en vez de timbreo vamos a hacer rin raje” ante la peregrina y absurda idea del gobierno de mandar a sus funcionarios a ir de casa en casa para conversar con cualquiera de nosotros. No sólo tendrán que hacer rin raje, sino que deberían muñirse de casco y escudo por las dudas…

Desde el Partido Revolucionario de los Trabajadores hemos acompañado cada movilización, cada reclamo proletario, fieles a nuestras prácticas: respetando a los convocantes sin aparateos partidarios, sin poner por delante nuestra organización por encima de los intereses genuinos de las masas. Elegimos militar así porque estamos convencidos de que la unidad amerita gestos generosos, el abandono de la búsqueda de llevar agua para el propio molino, el generar otro tipo de militancia menos mezquina y más amplia y respetuosa.

Convocamos para la marcha de repudio por la desaparición de Julio López. Exigimos juicio y castigo para todos los genocidas y cárcel común para cada uno de ellos. Rechazamos el ajuste del gobierno, la represión y judicialización de la protesta en todo el territorio del país. Convocamos a mantenernos en las calles, a ser solidarios por encima de las diferencias que tengamos entre nosotros, a ampliar la mirada para permitirnos confluir como un solo puño y enfrentar una política que pretende condenarnos a muerte.

Seguimos pensando que la única salida que tenemos los trabajadores y los pobres es la Revolución, porque NADA, absolutamente NADA de lo que ofrece la clase dominante contempla ni nuestros derechos ni nuestras necesidades ni nuestros intereses. Una y mil veces repetiremos, con UNIDAD, con ORGANIZACIÓN ¡NI UN PASO ATRÁS!

Julio López ¡PRESENTE!

30.000 compañeros detenidos desaparecidos ¡PRESENTES!

Por la Revolución Obrera, Latinoamericana y Socialista, AVOMPLA.

Por Amanda Cánepa

 

 

 

 

INTERNACIONAL

Según el ex asesor de Bill Clinton y premio Nobel de economía Joseph Stiglitz, en su último libro titulado “El euro. Cómo una moneda común amenaza el futuro de Europa”, las principales deficiencias del euro y la economía europea generan una serie de problemas para todo el continente y amenazan con provocar un colapso económico. Sostiene que: “El neoliberalismo es un sistema basado en las ideas del libre comercio, los mercados abiertos, la desregulación y el recorte en el gasto público, dirigido a la mejora del funcionamiento del sector privado, algo que es, supuestamente, la mejor manera de estimular el crecimiento económico. Las ideas neoliberales dominan en las economías de las mayores potencias mundiales y organizaciones internacionales como el FMI y el Banco Mundial”. Lo que no dice Don Joseph es que detrás de las políticas neoliberales existe, desde la década del setenta del siglo pasado, una crisis de superproducción en desarrollo que el neoliberalismo vino a agravar, en lugar de ser una respuesta superadora. El capital financiero asumió la hegemonía del sistema capitalista de producción, se apropió de todos los medios de producción y de la inmensa mayoría de los recursos naturales, sometiéndolos a la más cruel especulación. Empobreció a casi las dos terceras partes de la humanidad que se vio privada de trabajo y, por tanto, de los medios para reproducir sus existencias. En pocas palabras, el tan mentado neoliberalismo ha fracasado, ha creado grandes y serios problemas sociales -que poco a poco van creciendo- en todos los países donde fue introducido lo que produce una serie de medidas que conllevan muchos gastos, principalmente en armamentos para producir guerras de rapiña, agresiones a países soberanos, desestabilizaciones en varias regiones del planeta.

Las flexibilizaciones cuantitativas ensayadas por los bancos centrales de Estados Unidos y la Unión Europea, emisión de monedas sin respaldo, se han convertido en “espoletas de retardo” que pueden hacer estallar la economía en cualquier momento. Las deudas soberanas de los países centrales han sobrepasado el valor de sus productos brutos internos, conformando una burbuja que también amenaza con estallar. Los anhelos, los sueños y deseos de los títeres del capital financiero imperialista han reemplazado la verdadera realidad material de la economía del sistema. La inmensa mayoría de sus intelectuales orgánicos se encuentran enfrascados en un titánico esfuerzo para disfrazar la verdadera posibilidad de la debacle de todo el sistema. Por un lado, su inmensa visión idealista no les permite ver la realidad tal como es pero, por el otro, su filosofía malthusiana justifica las muertes de los explotados y oprimidos por el sistema capitalista como una “necesidad, por la falta de medios para alimentar a toda la humanidad, que crece geométricamente, mientras la producción de bienes crece aritméticamente”, una cruel e inhumana mentira. La inmensa mayoría de los índices estadísticos que manejan y publican los intelectuales orgánicos del capital financiero, de los que se hacen eco y masifican estadísticas, no se corresponden con la verdad. No es ser demasiado desconfiado y malintencionado pensar que todas esas estadísticas son manipuladas; que la realidad es otra; que aquello que difunden y amplifican son mentiras; que las economías de los países desarrollados están en franca recesión y que el “crecimiento” que dicen experimentar es una falacia; que lo único que crece es el endeudamiento público y privado.

Según The Washington Examiner, la deuda de Estados Unidos estaba en los 10,63 billones de dólares al momento de asumir Barack Obama en la Casa Blanca. En menos de ocho años, la deuda casi se ha duplicado. A poco tiempo de la salida de Obama, la deuda a mayo de este año se acerca a los 20 billones de dólares. Según el FMI, un organismo muy poco confiable en sus números y sus recetas, “la deuda nacional de Estados Unidos se ubica actualmente en un 107,5% del producto bruto interno”. En los años 1983-2007, la deuda tenía un promedio del 60,7% del PBI. Podemos concluir diciendo que la economía norteamericana es un parásito para la economía mundial. Albert Edwards, analista del Societé Generale Bank dijo que “los consumidores difícilmente serán capaces de mantener a flote la economía de Estados Unidos por mucho tiempo”. Según él, son los consumidores norteamericanos los que mantienen a flote a la economía. El nivel de gasto de ellos representa alrededor del 70% del PBI. Pero es difícil de mantener, porque más temprano que tarde cederá ante la presión de una economía de peso muerto. La creciente inflación empieza a agotar los recursos y ahorros de los consumidores. Edwards comparó la actualidad económica de Estados Unidos con el de antes de la crisis del 2007, cuando era solo el consumo el que mantenía a la economía a flote. La falta de inversión de las empresas y una desaceleración del mercado de trabajo afectaron a los consumidores en ese entonces y el PBI se desplomó. Empeorando este panorama, los bancos centrales extranjeros e inversores privados se deshicieron de 241.700 millones de dólares de deuda del Tesoro norteamericano y la tendencia indica que está cifra aumentará en la medida que la economía yanqui no logre salir de la recesión.

El “excepcionalismo” declamado por Hillary Clinton hace unos pocos días resuena como una cáscara vacía de contenido, es una propaganda que no tiene ningún asidero con la realidad y la expresión del despegue de la realidad de casi todos los títeres estadounidenses del capital financiero imperialista y parte de las mentirosas campañas, con vistas a las elecciones de noviembre. Todos sabemos que en esas campañas se prometen “el oro y el moro”, promesas que sólo los ingenuos piensan y creen que se cumplirán. Por ejemplo, analistas del Citigroup sostienen que la brecha entre los activos de los fondos de pensiones y pasivos (deudas) de pensiones en las empresas estadounidenses, compuestos por 376.000 millones de dólares en 2015, son un problema grave en el sector de energía por su falta de financiación. El Pentágono teme, no sin cierta razón, que dentro de cinco años los Estados Unidos estarán involucrados en un conflicto militar para el cual el país no tiene finanzas. Oficiales militares de alto rango consideran posible una confrontación militar a gran escala con Irán, Corea del Norte o Rusia. Sin embargo, el ejército de Estados Unidos sigue sin preparación para cualquiera de estos escenarios. Por tanto, debemos pensar que los títeres yanquis se proponen “tapar, ocultar” esta realidad con propaganda mentirosa.

Los títeres europeos no están en mejores condiciones y se hallan entrecruzados por innumerables contradicciones que aparecen en la superficie con expresiones chauvinistas y fascistas. Son sociedades profundamente divididas, cuyos partidos burgueses gobernantes oscilan entre Rusia y Estados Unidos. Con una Unión Europea a punto de estallar en tantos pedazos como países la componen y aún más, con algunos conatos de fiebres “independentistas” como en España y Reino Unido -algo que también está planteado en Estados Unidos- parece que las tendencias secesionistas son una característica de la decadencia del imperio de la burguesía financiera. Todos se debaten en poner en pie un nuevo enemigo. Como siempre lo dijimos aquí: Rusia fue, es y será el enemigo por excelencia pero, al parecer, no es tan “enemigo” para muchos títeres europeos, como para los títeres yanquis. China, a pesar de que se ha convertido en la primera potencia económica, no es para los títeres occidentales tan “peligroso” como Rusia. Es cierto que la burguesía financiera imperialista yanqui quiere frenar el desarrollo y la expansión de China, pero también quiere acotar la influencia de Rusia. El gran dilema es si podrá hacerlo. Por lo pronto, se encuentra con la lógica pérdida de influencia, por eso apela al chantaje liso y llano que poco a poco irá camino a la decadencia y ya no tendrá los resultados que ahora tiene.

Por otro lado, Rusia, con su hábil y tenaz política diplomática, va ganando terreno y aliados. Ha incorporado varios países al Tratado de Cooperación de Shangai, ha ampliado y profundizado las relaciones con China, Irán, Cuba, Venezuela, Perú, Bolivia y hasta tuvo capacidad para lidiar con el payaso que el 41% de argentinos eligió para presidente. El tema Brasil y su relación con los BRICS seguramente fue abordado por el Presidente Putin en el marco de la reunión del G20. De todas maneras, el golpista presidente Temer tiene pocas -podríamos decir ninguna- opciones, mejor dicho perspectivas en su relación con los Estados Unidos, salvo convertirse en un fiel vasallo de los yanquis. Las economías brasileña y norteamericana no son complementarias, por el contrario, son competitivas en el mercado mundial, por tanto, Brasil no puede esperar la apertura del mercado norteamericano, muchos menos puede esperar inversiones desde allí. Es muy poco lo que puede hacer el golpista Temer para boicotear el proyecto de los BRICS. El banco que le pertenece, Nuevo Banco de Desarrollo (NDB por sus siglas en inglés), recientemente acaba de firmar un “memorando de comprensión mutua” con el GBM (Grupo del Banco Mundial) con el objetivo de financiar proyectos de infraestructura de los países fundadores del grupo. Fue muy evidente el poco peso de los dos payasos pro yanquis en la reunión del G20, si Putin no se hubiera reunido con ellos, hubieran pasado desapercibidos, lo mismo ocurrió con el títere yanqui, el escenario fue dominado por Rusia y China. Fue y es una clara demostración de la caída en picada de la importancia e influencia del otrora poder económico y político estadounidense. Según un reciente sondeo publicado en julio de este año por el centro de investigaciones estadounidense Pew, “la imagen de Estados Unidos ha sufrido considerablemente durante la presidencia de Barack Obama, y su administración es lo que genera el mayor descontento entre los encuestados”. El 42% de los europeos encuestados cuestiona las libertades ciudadanas en Estados Unidos al declarar que no cree que el gobierno actual respete las libertades de sus ciudadanos. Más del 50% de los europeos encuestados considera a los estadounidenses el pueblo más intolerante, ignorante, codicioso y violento de todos. Por el contrario, el Presidente ruso Vladimir Putin batió el récord de popularidad por su lucha contra el terrorismo y se aproxima al 90% de aceptación y popularidad.

En lo que respecta a China, los encuestados de Francia, Canadá y Australia consideran que Pekín ha superado a Estados Unidos en términos de importancia económica. Por otra parte, una encuesta de Gallup, publicada el 1º de julio, muestra la caída del “orgullo nacional” en Estados Unidos, situándose en un 52% las personas “extremadamente orgullosas” de su país. Este porcentaje contrasta con el 70% de personas que respondían con el mismo “orgullo extremo en el año 2003, cuando reaccionaban ante el auto atentado del 11 de setiembre del 2001”. El Instituto Gallup relaciona el declive del “nacionalismo estadounidense” con la insatisfacción respecto de la situación del país y sostiene que en el 2004, cuando los “extremadamente orgullosos” eran el 69%, el 55% se decían “satisfechos” con la “situación de su patria”. En los años siguientes, la “satisfacción” se situaba por debajo del 50% y en la última encuesta, sobre la cuestión relacionada con la “satisfacción” dio como resultado que sólo un 29% aparece como “satisfecho”. La caída del orgullo estadounidense se observa en todos los grupos de edad, siendo mayoritaria entre los jóvenes nacidos entre los años 1980 y 2000, por tanto, Gallup augura un declive mayor en los años venideros. Podemos decir que la caída del “orgullo nacional estadounidense” se corresponde, en cierta medida, con el declive de Estados Unidos en el mundo, su pérdida de influencia política y económica, sus tendencias militaristas y por la incapacidad de los sucesivos gobiernos para resolver los problemas de las masas y el creciente deterioro de su nivel de vida. Estados Unidos y sus títeres civiles y militares no sólo se encuentran en serias disyuntivas en el interior de su país, también en el exterior: sus objetivos de mantener desestabilizado a todo el mundo está siendo acotado y puesto en evidencia ante los ojos del planeta. La disputa con China por el Mar Meridional de China puede sufrir un rotundo fracaso en el terreno político y diplomático, porque los chinos convocan a los países en conflicto para negociar. China tiene las herramientas económicas que Estados Unidos carece y puede llegar a acuerdos sobre las islas en disputas. Los títeres yanquis están empeñados en desestabilizar los países latinoamericanos. Venezuela es su principal objetivo, usan a los representantes de las burguesías financieras y sus oligarquías terratenientes, conformadas en partidos políticos, como arietes. Honduras fue víctima de un golpe de estado gestado, organizado y financiado por los títeres yanquis; en El Salvador no son ajenos a la organización de los lúmpenes en las pandillas (Maras) que siembran el terror entre la población. En México, la DEA, seguramente, está detrás de la guerra de los cárteles de narcotraficantes y de las masacres en el pueblo. No debemos olvidar que los yanquis les robaron la mitad del territorio a los mexicanos y deben aplastar todo intento de protesta. Eso están haciendo y usan cualquier excusa. Mantienen el bloqueo a Cuba y la apropiación de Guantánamo. Usan la “normalización” diplomática para subvertir el orden del régimen cubano. En Bolivia intentan, por todos los medios, desestabilizar al gobierno. Han usado a supuestos cooperativistas para asesinar a un Vice Ministro del gobierno boliviano. La CIA no descansa en Ecuador, trata de crear enfrentamientos y desestabilización. En Brasil han llevado a cabo un golpe de estado con el vicepresidente como mascarón de proa. Estamos convencidos de que fracasarán en el intento de sacar a Brasil del grupo de los BRICS, por la simple razón de que no tienen nada para reemplazarlo, su situación se parece más a “los manotazos de ahogado” que a una situación de poder. Lo que debe quedar claro, para todos, es que la burguesía financiera imperialista y sus títeres aliados, están pisoteando SU PROPIA LEGITIMIDAD, están creando las bases materiales para que las rebeliones populares desconozcan todas sus leyes e impongan sus propias leyes.

Los títeres mundiales, tanto los yanquis, como los europeos, han roto con toda la legislación internacional en sus desesperada búsqueda por salvar su infame sistema capitalista. Han invadido países, han creado organizaciones fascistas reuniendo a mercenarios de todo el mundo, organizándolos, entrenándolos, armándolos y financiándolos para que ejecuten sus agresiones, para destruir las infraestructuras de países soberanos. Han fracasado, no contaron con el resurgimiento de Rusia, con la tenacidad del pueblo sirio y su gobierno, con la decisión del pueblo iraquí, con la decidida solidaridad de Hezbollá con el pueblo y el gobierno sirios, como tampoco contaron con el poder de las fuerzas populares iraquíes. Los títeres yanquis y europeos fueron derrotados por Rusia e Irán en el tema del supuesto plan nuclear militar iraní, derrota que se coronó con la firma de un tratado que, por otro lado, selló una alianza estratégica ruso-iraní que redunda en la guerra de Siria contra los mercenarios terroristas que están a punto de perder Alepo. Hoy por hoy, los títeres yanquis y europeos, desesperados, buscan salvar a sus terroristas acordando con Rusia un alto el fuego. Alto el fuego que ellos ordenaron no respetar con la vana intención de derrocar al presidente sirio. Todo es consecuencia de la creciente debilidad de la burguesía financiera imperialista.

Por otro lado, Rusia se reúne con el Primer Ministro japonés y con la presidenta de Corea del Sur, firma una serie de acuerdos que tienden, en política, a ganarlos para su política internacional y sacarlos de la influencia norteamericana o, en su defecto, neutralizarlos. Lo llamativo de la reunión con el Ministro japonés es que el presidente chino le ha propuesto al Presidente ruso, Vladimir Putin, en el marco del G20, una alianza político militar para contrapesar al ejército norteamericano. China está dispuesta a enfrentar militarmente a los Estados Unidos por la soberanía en el Mar de China Meridional.

 En otro orden de cosas, es importante destacar las inmensas movilizaciones populares que se desarrollaron y desarrollan por diferentes motivos y con distintas consignas en toda Europa, en Estados Unidos, Asia, África y América Latina. No aparecen en el horizonte organizaciones que representen los intereses históricos del proletariado. Las condiciones materiales están maduras y creemos que las condiciones subjetivas no tardarán en hacerse presentes. El viejo y caduco sistema no puede ofrecer salida. Falta que los explotados y oprimidos demuestren que no quieren seguir viviendo como hasta hoy y pongan sus intereses por delante: la posibilidad y la necesidad de cambiar revolucionariamente este perverso sistema.

11 de setiembre 2016

Por Mario Roberto Salvatierra.

SALUD

“Los dolores que nos quedan son las libertades que nos faltan” (*)

El desarrollo histórico del capitalismo imprime su lógica a todos los sectores de la sociedad, lo cual hace que la salud no sea una esfera de la vida independiente del resto de los procesos sociales, sino que, en nuestro determinado modo de producción, integra el proceso mayor de la reproducción política, económica y social del capital. En este sentido la “salud” no es un hecho social, sino un proceso histórico-social que estructura la forma de conceptualizar, atender y dar respuestas a la “enfermedad”. En el capitalismo se desarrollaron sistemas de explicación y acción de carácter científico sobre los padecimientos: hoy en día, la biomedicina es lo que constituye, globalmente, el modelo médico hegemónico que conlleva el positivismo que caracteriza a la modernidad que, si bien no condujo a la anulación de otras prácticas que pudieron existir junto con él, sí las modificó o subordinó a relaciones de hegemonía/subalternidad. La medicina “tradicional”, como la “científica”, son el resultado de complejos procesos históricos dentro de los cuales entran en juego procesos no exclusivamente técnicos o científicos, sino también sociales, culturales, políticos y, fundamentalmente, económicos. Un claro ejemplo de lo expuesto es la subestimación de los conocimientos ancestrales de la fitomedicina. Por tanto, la “salud”, entendida como un derecho, no puede separarse de los procesos que la construyeron como tal. En el capitalismo, más que un fundamento universal, ha sido el producto de la lucha de clases y, como tal, sigue el destino de las alzas y las bajas en esta lucha. En este sentido, hablar de la salud como un derecho de la población poco se relaciona con nuestra realidad, en la cual el acceso que los sujetos tienen a sus “derechos” tiene más que ver con su posición económico-social, el momento en la lucha de clases, su sexo, y/o sus estrategias individuales o colectivas. El concepto mercantilista de tratamiento de las enfermedades, culturalmente aceptado no es definitivamente la salud. Es tan solo un proceso económico perverso que lucra con las necesidades de las personas. En este concepto lo que interesa es que la gente esté enferma o sea que las enfermedades se hagan crónicas, porque eso produce réditos económicos a las farmacéuticas y al sistema hegemónico de salud.        

El 2016 nos encuentra a los argentinos frente a un sistema de salud absolutamente desmantelado, hospitales eternamente faltos de insumos, grandes negociados en torno a la tercerización de planes de salud y obras sociales, la protección hacia los grandes laboratorios transnacionales y la subproducción de los laboratorios estatales. Las nuevas formas de organización del trabajo (y del no trabajo o trabajo altamente precario) impactan en el trabajador en su esfera de relaciones cotidianas marcando la aparición de nuevas patologías no reconocidas como “típicas enfermedades ocupacionales”. Las representaciones acerca de los riesgos y la  protección relacionadas con la salud están fuertemente influenciadas  por relaciones de desigualdad social y construcciones estereotipadas, así como también, y no en menor grado, por el acceso diferencial a los recursos que los sujetos tiene según su extracción económica y social.

En este sentido sostenemos que el retiro del estado de las esferas sociales y la consiguiente precarización de la vida de los sujetos generan situaciones de mayor riesgo, no sólo por la obvia carencia de atención de salud, sino porque a su vez tensiona las construcciones hegemónicas de salud y de género. Sin embargo, este mismo abandono hace posible y necesario que las organizaciones políticas barriales tomen en sus manos su propia salud, tomando, los sujetos, un rol más activo con respecto a su salud y la de su familia, promoviendo ámbitos de información, autoatención y disponibilidad de recursos, algo que, a la vez, tensiona y reestructura la relación con la salud pública y las representaciones hegemónicas de la salud/enfermedad. Es imprescindible analizar estas construcciones sociales que se realizan en escenarios complejos en donde diferentes representaciones sociales de diferentes actores sociales entran en conflicto, se condicionan, se subordinan, etc., de acuerdo con una red variable de relaciones de fuerza. Es decir, que hay un “campo”  dentro del cual se dan relaciones de poder y disputas por la producción y la reproducción material y simbólica en torno de los problemas de la salud. Por tanto, los modos de definir la enfermedad, de diagnosticarla y las formas de prevención desarrolladas no son sólo producto de procesos teórico-técnicos organizados a través del aprendizaje y la práctica profesional, sino que también están relacionados con procesos específicos de cada una de las instituciones en que éstos se desarrollan, como así también a procesos ideológicos y económicos que responden a la normatividad social dominante. De este modo, los procesos de salud-enfermedad no sólo deben ser analizados como emergentes de las formas de vida de los sujetos, sino que serán a su vez estudiados como una construcción social acorde con específicas relaciones sociales que en todos los casos exceden la jurisdicción de la medicina. Ejemplo claro de ello es la gran indiferencia existen respecto de aquellos elementos que tienen que ver con la vida misma y que cotidianamente nos agreden y enferman, como el agua que bebemos y usamos cotidianamente que, para importante parte de nuestra población, no llega en condiciones aptas para el consumo humano o los alimentos que consumimos que llegan a nuestra mesa con importantes cargas de químicos altamente agresivos para nuestro sistema.    

El silencio de la corporación médica, de ciencia y técnica y de los funcionarios en su mayoría ante el daño que producen los agrotóxicos de Monsanto, el cianuro de sodio de la Barrick (hace algunos meses derramó en Jachal más de 4 millones de litros de cianuro de sodio contaminando toda la región) y las lagunas de petróleo y los químicos del fracking de Chevron con su carga de enfermedad y muerte son indicativos irrefutables de la actitud genocida y ecocida de la política económica de concentración de capital que se viene aplicando desde décadas en nuestro país. En futuras entregas desglosaremos ejemplos concretos y contidiano de lo manifestado en estas líneas.

Mutual Sentimiento Salud (Responsable: Juan Garberi).

(*) Manifiesto Liminar de la Federación Universitaria de Córdoba - 1918

 

OPINION NACIONAL

JÁCHAL: EL GRITO NO CESA

El 13 de septiembre de 2015, nadie en Jáchal pensó que la vida podía cambiar tanto. Por eso, todos recuerdan qué estaban haciendo cuando se produjo el derrame de cianuro en Veladero. Los jachalleros están acostumbrados a los cambios. Durante diez años han convivido con el monstruo de la Barrick abriendo tajos sobre sus montañas. Se acostumbraron a sus peligrosos efectos. Los abuelos, memoria guardada del pueblo, recordaban con nostalgia la época feliz cuando se podía vivir de lo que daba la tierra, criar chivos y sobraban los dulces caseros. El agua que bajaba de los ríos de la montaña era una bendición para todos los habitantes en medio de las piedras y el sol. El crecimiento de la producción agrícola -las mejores cebollas del país- y otras actividades económicas la convirtieron en la segunda ciudad más habitada de San Juan. Ser jachallero era un orgullo y el paraíso parecía eterno. Sin embargo, las continuas crisis del capitalismo durante los 80 y los 90, junto con las políticas impulsadas por los gobiernos burgueses del momento, hundieron la gloria pasada. La esperanza de progreso, sumada a las promesas de trabajo y oportunidades para los jóvenes, permitió que el pueblo dejara entrar la mega-minería, porque les ofrecían calles asfaltadas, hospitales, escuelas, el oro al alcance de la mano con solo volar el cerro decían. Puro palabrerío para seducir al pueblo, legitimar el negocio minero y sostener la base material de la ganancia de la burguesía. Porque en el capitalismo el único que gana es el capitalista.

Diez años después, la Barrick obtenía ganancias exorbitantes gracias a reglas hechas a su medida, gozaba de la protección del gobierno y vetaba leyes en su contra (ley de glaciares), mientras el pueblo veía pasar la riqueza sin poder tocarla. Los jóvenes de Mogna, Iglesias y Jáchal seguían partiendo hacia Buenos Aires, Córdoba o Mendoza en busca de trabajo y del futuro que la mina no les daba. A la gente, la ganancia de la empresa les envenenó los campos, les quitó el agua pura y los fue enfermando de a poco. Por eso ese primaveral 13 de setiembre quedará en la memoria de todos los jachalleros. Fue el día en que fueron contaminados. Un día de sol y montaña con la vida apacible y tranquila de un pueblo de cordillera que cambió cuando comenzó a circular un mensaje por whatsapp generando la alarma general entre los vecinos. El mensaje, enviado por un trabajador anónimo preocupado por la salud de su familia, denunciaba lo que todos temían: se había producido un derrame de agua cianurada en la mina Veladero contaminado el río. El mensaje aconsejaba “POR FAVOR NO USAR AGUA DE LA CANILLA, PARA TOMAR, COCINAR, ETC. (1) Madres con hijos, abuelos, jóvenes salieron a las calles a ver qué pasaba, a pedir respuestas porque el miedo tenía un nombre: cianuro y el riesgo de la muerte. El boca a boca hizo que todo el pueblo terminara  concentrado en la plaza exigiendo explicaciones al intendente, a la empresa, a quien fuera responsable. Muchos vecinos se acuerdan de que, entre tanta confusión y dudas, lo que los unía eran las ganas de saber la verdad, de obtener una respuesta. Pero lo único que recibieron fue el silencio y la indiferencia.

La angustia y la bronca, porque el gobierno de José Luis Gioja ocultaba lo que estaba sucediendo, movilizaron a la comunidad. Luego de varias marchas y cortes de ruta, la presión popular obligó a Barrick Gold, propietaria de la explotación de la mina a cielo abierto Veladero, a reconocer el “accidente”. La contaminación de la Barrick, una de las mayores beneficiadas por el modelo nacional y popular de la expresidente Cristina Kirchner, puso al desnudo la verdad sobre la megaminería y el modelo de desarrollo capitalista, dejando en evidencia que la ganancia está por encima de la vida de los pueblos. La empresa junto con el gobierno intentó, por todos los medios, tapar el problema político de fondo: la denuncia de los peligros para la vida humana que tiene el modelo exportador sobre el que está edificado el sistema capitalista en nuestro país. Por otro lado, el poder político pretendió esconder lo que sucedió en San Juan y bloqueó cualquier intento de consulta popular por el temor a la pérdida de la “legitimidad” social de la minería.
 
La desidia premeditada de los partidos de la burguesía, la “lentitud” de la justicia del sistema, las falsas promesas de los políticos de turno, las mentiras y la desinformación enseñaron al pueblo jachallero que nada podían esperar de la clase que detenta el poder. Allí tomó voz y fuerza entre todos la resistencia a la minería contaminante. La experiencia de vivir diez años como zona de sacrificio de la Barrick les enseñó que nunca más se pueden aceptar espejitos de colores, nunca más promesas falsas de trabajo y desarrollo que no se cumplieron, nunca más la minería que arruinó la producción agrícola, nunca más sufrir cortes de agua para que el agua la use la mina -que paga 0,50 centavos por litro-,  nunca más agua contaminada ni enfermos de cáncer. Les enseñó que la minería no trae progreso, sino devastación (2). Los jachalleros, que aman profundamente su tierra, comprenden que el agua vale más que el oro. De ese espíritu nació la Asamblea “Jáchal no se toca”, la herramienta genuina de organización popular para presionar al poder político con el CIERRE, REMEDIACIÓN Y PROHIBICIÓN DE VELADERO. Su lucha fue creciendo con la solidaridad de otros pueblos como Famatina, Esquel, Bariloche, Uspallata, Belén, Andalgalá, Mendoza que se oponen a la política económica de la clase dominante y que, por ahora, han logrado trabar los negocios de la burguesía.
 
Ha pasado un año del desastre de Veladero y el problema sigue ahí, sin respuestas a los reclamos de los habitantes. Hay un juicio demorado, una ley de glaciares que no se aplica, vecinos que siguen gritando no a la Megaminería. Si recordamos el desastre sucedido un año atrás es porque lo enmarcamos dentro de una política que hoy intenta profundizarse. Cambió el gobierno nacional y “cambiaron” algunos ministros que fueron a “dialogar” con los vecinos de Jáchal como el ministro de ambiente Bergman, quien se mostró “preocupado” pero que, en esencia, no cambia nada. Como buen vocero hizo lobby en varias provincias defendiendo la política económica del gobierno al son de “la minería es política de estado” (3). Por otra parte, la quita de retenciones a la minería vino a confirmar que la base material de los negocios de la burguesía sigue intacta. Pueden cambiar el gobierno, los colores, los nombres pero la clase que detenta el poder nunca pierde sus beneficios, porque la base material nunca es discutida por ningún gobierno autodenominado “progresista”, de “derecha”, “liberal” o “nacional”. En la actualidad, el gobierno nacional y las provincias pretenden desarrollar la megaminería para atraer capitales frescos y garantizar los negocios del gran capital trasnacional. Detrás de sus estrategias de diálogos, consensos y presión lo que está claro es que desean derrotar las resistencias de los pueblos. Uno de los mayores defensores de los grupos mineros es Mario Capello, subsecretario de Minería de la Nación, quien sostiene que para las provincias que resisten “la minería es la soja del Oeste argentino" (4).... Habría que recordarle al señor secretario que la soja también contamina, mata, despoja y saquea. Por ahora, los globos de ensayo para legitimar los proyectos mineros han fracasado. En Mendoza, el espacio de “dialogo minero” con las asambleas se quebró antes de comenzar; en Catamarca, la presión del pueblo llevó a juicio al Gerente de Bajo La Alumbrera.
 
Un año después, el desastre ocurrido en San Juan sigue vigente. Los medios de comunicación no lo pondrán en sus tapas, los comentaristas políticos eludirán cínicamente el tema. Todos los defensores del sistema buscarán la forma de justificarse. Sin embargo, los pueblos no olvidan y la herida en Jáchal sigue abierta. No hay justificación posible mientras  no haya ningún funcionario del gobierno ni gerente ni empresas juzgados por un crimen que cometieron y pretenden borrar. No hay excusas posibles mientras hay 10 mil almas víctimas de la ganancia capitalista. No hay “diálogo” posible entre explotadores y explotados. En Jáchal, como en el resto del país, el grito contra la minería no se detendrá. Es una lucha, sin concesiones, por la defensa de la vida y el derecho de los pueblos a elegir cómo vivir. Es una lucha protagonizada por el pueblo organizado contra la clase dominante. No es sólo la defensa del ambiente sino, un enfrentamiento contra el capitalismo. Es la vida del pueblo que resiste contra un sistema que nos destruye. Es la resistencia del pueblo por un futuro mejor. En muchos pueblos del interior del país esa lucha por el futuro tiene nombre: NO A MINERÍA CONTAMINANTE.

Fuentes.

HOMENAJE

Decir trabajadores…

Hubo momentos nuestros en que decir CGT de los Argentinos era decir Ongaro y decir Ongaro era decir Tosco y decir Tosco era decir Santucho y decir todos juntos y al mismo tiempo era decir Revolución. Así de importantes fueron junto con miles más que, con sus acciones codo a codo, impregnaron de sueños realizables nuestra juventud.

Decir todos ellos, era decir todos nosotros, todos los trabajadores, todos los pobres, todos los marginados, todos los olvidados. Alguna vez fue posible porque supimos unir caminos, priorizar coincidencias por encima de las diferencias, transformar la realidad a puro coraje y decisión unívoca.

Y esos tres fueron muy amigos, compañeros, espalda con espalda, fierro con fierro del amor con amor se paga con tantos otros... ¡Tantos! Las relaciones fraternas de esa época lograron amalgamar peronistas, marxistas, anarquistas, luchadores de todas las vertientes en una sola corriente que empujó y empujó en tiempos de dictaduras, de cordobazos y rosariazos, de gestas que hoy parecen lejanas e imposibles, pero que algunos vivimos y muchos fuimos sus hacedores desde cada lugar que ocupamos.

Nosotros, esos viejos cabezas blancas, alguna vez tuvimos la piel tersa, la voz henchida, las convicciones profundas que, para los explotadores de siempre, eran una mala palabra.

Hoy fuimos a despedir a Raimundo en la Federación Gráfica Bonaerense, lugar que, si hablara, podría contar miles de reuniones clandestinas y legales, de tanquetas al frente y de canas esperando, acechando…

Ahí estaba, como estuvo siempre, el Raimundo que se salvó de las balas, de la muerte, pero que en el camino perdió a un hijo, asesinado por la Triple A, brazo ejecutor de la derecha peronista en contra de todo ese marasmo revolucionario que tanto susto le pegó a la burguesía de este país.

Y se cantó la marcha y se rezó un padre nuestro porque Raimundo era católico, aunque a su lado tuviera gente tan distinta como el anarquista Campi, ateo hasta el tuétano, pero que hoy enjugaba lágrimas con los abrazos de peronistas, marxistas, jóvenes y viejos. Es que así es el respeto en la diversidad puesto en hechos. Y mientras estábamos mudos y no rezando junto al Negro y Campi, a ninguno se nos ocurría cuestionar ese rezo colectivo mezclado con nuestro silencio.

Y hubo caretas, siempre es posible, que asistieron para las fotos y las cámaras, radicales, peronistas y hasta un troskista responsable de haber mandado al hospital a un viejo gráfico como el Gato, porque, literalmente, lo cagó a palos... Quizás no sabe que muchos no olvidamos ni perdonamos su canallada, aunque ahí haya estado hoy con su celular haciéndose el importante, aprovechando de la impunidad que el momento le regaló, porque no era ni el lugar ni el momento para echarlo a patadas.

Cuando muere gente como Raimundo Ongaro se produce un extraño fenómeno de reencuentros, de unidad en la tristeza, de ligazón del pasado con el presente y desfilan los actores de entonces, muchos de los cuales, hoy, están en veredas tan distintas que es imposible pensarlos juntos como antaño. Pero, en momentos así, se renuevan esos lazos poderosos del pasado y los abrazos son sinceros por un tiempo corto, el de la tristeza compartida, el de mirar para atrás con nostalgia y el de mirar el presente con la impotencia y la estupidez colectiva que también nos une como una mala palabra por no ser capaces de superar las diferencias que nos distancian.

Que una doble fila de trabajadores gráficos haga de guardia de honor a un dirigente sindical en su despedida no es cosa que se vea todos los días. Desde la puerta, hasta donde descansaba Ongaro en el primer piso, dos filas de trabajadores pegados unos con otros, firmes como soldados, dieron la bienvenida a todos los que fuimos. En la esquina, con ropa de trabajo, otros trabajadores gráficos mantenían el corte de la calle. Por allí salió el coche, cargado de coronas de flores de todos los gremios y palos políticos. Y también las nuestras, en nombre de su amigo, mi compañero Negro, y el de todos nosotros, los de ahora y los de antes, nuestros caídos y su comandante Santucho. Cual paradoja, quedaron en la puerta del gremio las coronas del personal civil de las Fuerzas Armadas…

Y Raimundo con Amado Olmos -que falleció en un raro accidente y fue el ideólogo del programa de La Falda-, Jorge Di Pasquale, Benito Romano, Leandro Fote, Agustín Tosco, Atilio López, René Salamanca, Atilio Santillán, Sebastián Borro, Avelino Fernández, Andrés Framini y tantos otros caídos o desaparecidos en la lucha obrera, ahora es parte de ese pedazo de historia de la que deberíamos asirnos con uñas y dientes para ratificarnos que sólo nosotros, los trabajadores, podemos cambiar nuestro futuro.
 
Raimundo Ongaro ¡Presente! Compañeros trabajadores caídos y desaparecidos

¡Presentes!

 

 

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