El Combatiente Nº 52
Agosto - Noviembre de 2012 - Edición Nº52
 

EDITORIAL

Dijo la presidente: “Si nos comprometimos y emitimos títulos de deuda es porque sabíamos que los íbamos a pagar, vamos a honrar el nombre de la Argentina” y a confesión de partes, relevo de pruebas. ¿Alguien dudaba de que la deuda externa se paga puntillosamente? Como si fuera poco, agregó: “…cada vez que a los argentinos se les acabó la plata, que la Argentina quebró, ellos, muy poquitos, se llenaron de oro y de plata a costa de la miseria de los argentinos”. ¿Acaso algo cambió…? ¿No se sigue pagando a costa de la miseria de los argentinos? El doble discurso pretende cambiar el verdadero significado a los hechos, como si pagar fuera beneficioso para las mayorías y como si las minorías no siguieran enriqueciéndose a costa de unos pocos. Como hemos dicho otras veces, el uso de eufemismos, del discurso apelativo intercalado con lo emocional, apunta, lisa y llanamente a que nos sintamos “honrados” (nunca ladrones del FMI y los organismos externos) por pagar con nuestro esfuerzo los servicios de una deuda ilegítima. Tan generalizado está este discurso mentiroso que a los oficialistas los llena de orgullo que el gobierno pague religiosamente. Y “vamos” a “honrar” una vez más con los dólares que acapara el estado y a los que les puso cepo para que no se le escapen. Sin embargo, al FMI no le alcanza tanta honradez y vaticina un déficit público del 5% del Producto Bruto Interno anual, el más alto de América Latina. No alcanza con los manotazos dados no sólo a las reservas del Banco Central, sino a los fondos de los trabajadores depositados en ANSES que aumentaron el 168,8% en sus transferencias y aportaron “generosamente” 7.766,3 millones de pesos a la administración central.

“Les tengo una mala noticia: Vamos a pagar con dólares” dijo orgullosa la presidente. Y sí, es una mala noticia, pero para nosotros, los trabajadores y los pobres, porque no nos dicen que con nuestra “honradez” mantenemos la timba de la burguesía financiera internacional que, en medio de la debacle del sistema, es la única que no pierde nada y engorda sometiendo a todos los estados, pero especialmente a los de los países periféricos. ¿Qué podemos esperar los argentinos si hasta se esquilma a los trabajadores del primer mundo? A la crisis la pagamos todos, aunque en Latinoamérica conocemos desde hace décadas lo que eso significa: a mayor especulación, mayor pobreza. Esa relación, directamente proporcional, sirve para explicar los topes salariales, la inflación como impuesto encubierto, la poda a los gastos en salud y educación, el recorte a las provincias, los tarifazos autorizados por Moreno y todas las medidas que nos van acogotando cada día más y que las palabras no pueden atenuar. Lo que sorprende es la tergiversación de los significados en el discurso presidencial, porque el tono triunfante con que la presidente anunció la “mala noticia” es como si con esas malas nuevas estuviera castigando a los acreedores que recibirán los dólares y como si nosotros fuéramos los premiados porque ellos cobrarán y nosotros pagaremos… ¡Vaya maniobra!

El Combatiente N°52¡Y se quedó la Fragata Libertad en Ghana! Así como quieren empaquetarnos con que hay capitalismo “salvaje” o capitalismo “serio”, ahora nos quieren embaucar con que hay fondos “buitres”. ¿Acaso hay fondos generosos de la burguesía para nuestra clase? ¿Alguna vez el capitalismo existió sin extraernos plusvalía a los trabajadores? ¿Cuándo todos los capitalistas del sistema no fueron buitres, si siempre existieron a nuestra costa? Aclaramos estas contradicciones tan elementales, porque no faltaron los patrioteros que agitaron en favor de “nuestra” soberanía, sufriendo por lo que un estado burgués le hace a otro estado burgués en nombre de organismos internacionales de crédito. Ni este estado es “nuestro” (porque no responde a nuestros intereses) ni la Fragata Libertad tampoco y, mucho menos existen fondos más buitres que TODOS LOS DEL SISTEMA CAPITALISTA. El embargo a la Fragata Libertad y el riesgo a un próximo embargo de la Corbeta Espora, varada en Sudáfrica, sólo muestran las acciones que caracterizan todo el funcionamiento de un sistema basado en la apropiación de lo ajeno. "Mientras yo sea Presidenta se podrán quedar con la Fragata; pero con la libertad, la soberanía, y la dignidad de este país no se va a quedar ningún fondo buitre ni nadie", dijo la presidente pero, para ser honestos, nosotros estamos convencidos de que hace rato, por no decir siempre, el capitalismo se apropió de nuestra libertad, soberanía y dignidad toda vez que se alimenta, desde su origen, a costa de nuestro trabajo, que condiciona nuestra vida a términos cada vez más esclavistas y que, por tanto, nos somete a vivir en condiciones indignas a todos los trabajadores y pobres del país y del planeta.

Siempre “socios” pasivos -a los que los patrones no nos reparten sus ganancias-, los trabajadores sostenemos los subsidios otorgados a las empresas privadas o concesionadas a otras empresas también privadas. Efectivamente, entre enero y mayo, las líneas de colectivos de todo el país recibieron subsidios del estado por 6.470,3 millones de pesos; entre enero y julio, a los ferrocarriles se les transfirieron casi 2.545,3 millones y a los subtes otros 210 millones. Mientras tanto y como gran logro, la presidenta anuncia un irrisorio aumento del 11,42% para los jubilados, cuando todos esos subsidios se pagan con dinero de los trabajadores activos y podrían garantizar una vida digna para nuestros viejos.

El Combatiente N°52Y si pudiéramos evaluar en números cómo estamos los trabajadores sabríamos que el 52% de nosotros tenemos trabajos precarios, que 4.200.000 no tenemos ni beneficios laborales ni seguridad social, que el 50% apenas llegamos a salarios de 2.000 pesos, que en los últimos meses se perdieron 160.000 puestos de trabajo, especialmente de trabajos informales -es decir, los afectados son los sectores más pobres- y que 500.000 niños, nuestros hijos, trabajan para sobrevivir…

Y mientras nos sentimos contentos y “honrados” por pagarles en dólares a los acreedores externos, el 66% de los obreros de la construcción MUEREN antes de llegar a los 56 años, sólo un 0,5% llegan a jubilarse y el 70% están en condiciones ilegales, así que cuando se accidentan nadie responde por sus vidas.

En el rubro textil no sólo la mayoría trabaja en condiciones de esclavitud, sino que el 80% está en condiciones ilegales, mal llamadas en “negro”, con jornadas de 14 a 16 horas, mientras la exportación de productos manufacturados creció un 56% y la producción el 100% para empresas como Kosiuko, Awada, Adidas, Topper, Mimo, Montagne y Cheeky.

De la capacidad instalada en el rubro automotriz, sólo se está utilizando el 58,1%, cayendo, respecto del año pasado un 30,9%. Estas caídas se traducen en despidos, suspensiones, recortes salariales y pagos de los sueldos y aguinaldos en cuotas para los trabajadores del sector que, al igual que los de la metalmecánica, padecen el achique de la economía, consecuencias de la superproducción por la disminución del mercado que produce la crisis del sistema capitalista.

Pero las patronales de la UIA aún siguen contentas con el gobierno: la nueva ley de ART es garantía para ellos y tragedia para nosotros. Mientras el presidente de la UIA, José Ignacio de Mendiguren, saltaba de canal en canal para demostrar lo justiciero del proyecto, los diputados oficialistas aprobaban la ley entre gallos y medias noches estrenando amistad con el PRO de Macri… A cual más patético fue el papel de las dos centrales obreras: un escuálido abrazo simbólico al congreso que, lejos de merecer cariñitos, se hace ganar con creces el odio popular. Mientras un Moyano le daba su ternura al congreso, el otro lo abandonaba absteniénd0ose de votar, dos maneras diferentes de aprobar por omisión.

Y ahora muchos están cada vez más confundidos. Hasta hace poco, Moyano era el “enemigo” público número uno del gobierno dentro del ámbito sindical. Desde ese lugar, su foto con Macri mereció el escarnio de los militantes del oficialismo que no escatimaron en adjetivos peyorativos para ambos. Pero la votación amuchada de los diputados del Frente para la Victoria y el PRO de la ley de ART, dejó desubicado a más de uno. ¿Este nuevo acuerdo entre el oficialismo nacional y las fuerzas de Macri se traslada a renovar las otrora simpatías oficiales hacia el camionero? Lo cierto es que el nuevo pacto entre dos partidos burgueses no nos asombra en lo más mínimo. Lo sucedido en el Congreso fue el preludio de lo que vendría en el Concejo Deliberante de la Ciudad, donde también a espaldas de su militancia, legisladores PRO y oficialistas hicieron un acuerdo que puede resumirse en pocas palabras: negocios inmobiliarios millonarios. Difícil le resultó explicar su giro de 180 grados al titular de la bancada del Frente para la Victoria, Juan Cabandié… Y difícil es para toda la militancia oficialista tragarse y digerir semejante sapo pergeñado desde la Rosada.

El “consenso” de los dos partidos burgueses dio para aprobar la ley de ART que más contempla los intereses patronales, que los accidentes de los trabajadores o las previsiones para que no los tengan. Sólo en 2010 se notificaron 630.766 accidentes de trabajo. La nueva ley impide que un trabajador perciba el monto de las ART y luego inicie una demanda judicial en los tribunales laborales. Ahora, si recibe de la ART los montos fijos establecidos por la nueva ley no puede hacer ningún otro reclamo, y si se niega a cobrarlo y va a la justicia, ya no será amparado por los tribunales del trabajo, sino por la justicia burguesa ordinaria, habida cuenta de que para un trabajador lo más beneficioso siempre han sido los tribunales laborales cuya premisa principal es la de inclinar la balanza en favor de los más vulnerables: los que vendemos nuestra fuerza de trabajo. Este tipo de tribunales, creados por el propio Perón cuando era Secretario de Trabajo y Previsión, con la nueva ley quedan afuera de toda defensa de los trabajadores y ya sabemos a quién defienden los tribunales ordinarios…

El Combatiente N°52

Las fracturas de las dos centrales obreras, las leyes laborales que rompen toda una tradición de conquistas laborales, inclusive las pergeñadas por Perón, la promulgación de la Ley Antiterrorista, poco a poco van cercando a la clase obrera y el proletariado en una suerte de preámbulo para manipular, contener y reprimir a los trabajadores cuando las luchas se profundicen como consecuencia de la crisis. Tanto es así que hasta el propio gobierno en un parte de prensa del Ministerio de Seguridad se jacta de que “El gasto en Seguridad que destina el Gobierno nacional a la atención de la Seguridad Pública es el más alto de la historia argentina". Y es verdad: en 2003 el presupuesto era de 2.961,5 millones de pesos y en 2012 es de 22.308,5 millones, nada menos que un 753% más… ¡Otra salud y otra educación tendríamos si el aumento de sus presupuestos hubiera sido igual!

El Combatiente N°52

Sin embargo, pese a que tantos fondos se destinan a las fuerzas de seguridad, durante más de una semana tuvimos que presenciar el sainete de los ahora devenidos en supuestos “trabajadores” de Gendarmería y Prefectura, los que sin empacho en romper la cadena de mandos, fueron el centro de atención de todos los medios burgueses y dejaron al descubierto varias cadenas de corrupción interna de las que no están exentos los jefes de ambas fuerzas, algunos abogados buitres, funcionarios ministeriales, etc. Por un lado, el gobierno sabía que con los traslados de las fuerzas desde la frontera a las zonas urbanizadas les quitaba el "derecho al botín" al que estaban habituados gendarmes y prefectos, por lo cual, al perder las prebendas a las que estaban acostumbrados en las fronteras, más los negocios del contrabando, el reclamo salarial sería inminente, como también sabía del descontrol interno en el reparto de los fondos; por otro, sabía que los prefectos tenían 11.000 recursos de amparo concedidos por la justicia, respecto del reclamo por sus salarios, considerando que el total de la fuerza está integrada por 13.000 miembros, por tanto, los sueldos eran decididos por la justicia; también sabía que los Comandantes Principales judicializados cobraban en promedio un 133% más que sus pares no judicializados y que los Prefectos Principales judicializados percibían en promedio un 101% más que sus pares no judicializados; además sabía que los jefes de las fuerzas llegaron a ganar hasta 25 veces más que las categorías inferiores, con lo cual el conflicto no sólo era previsible, sino evitable. Pero no se evitó y se permitió que prefectos y gendarmes se manifestaran como cualquier hijo de vecino, olvidando que las fuerzas de seguridad están pergeñadas sólo para obedecer, aunque nunca falten oportunistas que pretenden sindicalizarlos y llevar agua para su molino. Lo cierto es que el descabezamiento de las cúpulas no alcanzó para ocultar las intrigas de palacio dentro del seno mismo del Ministerio entre la ministra Garré y el Secretario de Seguridad Berni. Quizás nunca sabremos cómo, de la noche a la mañana, prefectos y gendarmes metieron violín en bolsa, fueron acuartelados por el poder político y sin pena ni gloria todos los funcionarios hicieron como que aquí no ha pasado nada. Pero lo real es que pasó, que a pesar de la incertidumbre popular al ver tanto uniformado suelto, carapintada agitando, reaccionarios resucitando de entre el aparente olvido y las sombras más asesinas de este país, la presidente no usó la cadena nacional con que se satura la paciencia del pueblo para tranquilizar ni para calmar el miedo que atacó a varios. Lejos de eso, el oficialismo pretendió sacarle rédito político a la insurrección, agitando un supuesto golpe de estado inexistente. Pero, si para algo sirvió la semana de incertidumbre es para recordarnos que los reaccionarios siguen existiendo, que el odio a los que ellos llaman “zurdos” aún continúa inclusive en las nuevas camadas jóvenes de uniformados cuya ideología sigue muy distante del campo popular, que varios, si les diera la relación de fuerzas, no titubearían en asestar un golpe de estado como en Honduras y que, hoy por hoy, la clase dominante no necesita que un gobierno de facto le garantice su tasa de ganancia, dado que con él actual la tiene garantizada. Tener esto presente es crucial para no caer en los falsos idealismos que nos quieren vender la burguesía y su gobierno sobre las bondades eternas de su “democracia” y para refrescarnos que debemos permanecer atentos sabiendo que allí están, siempre agazapados, dispuestos a hacernos pagar el costo de la crisis por las buenas o por las malas con su brazo armado.

Para los pocos memoriosos que falsamente confían en que el aumento de uniformados garantizará la “seguridad”, recordamos que ellos están para actuar siempre a la orden del poder burgués de turno, tal como sucedió en la Panamericana con los conductores de la línea 60, cuando Sergio Berni, al estilo de las series yanquis, bajó de un helicóptero para comandar personalmente a los gendarmes que hasta el día anterior pretendían que los trabajadores los consideraran sus pares. Todo tiene su costo: al grito de "¿Ustedes quieren ganar siete lucas? ¡Nosotros también!", con justicia fueron retrucados por los choferes que sí pertenecen al proletariado, a diferencia de estos desclasados que olvidan su origen y pertenencia de clase. Sirvan también como ejemplos los hechos de Jujuy, donde la policía provincial reprimió salvajemente un reclamo barrial cuando sus pobladores resistieron la instalación de un cableado subterráneo de la contaminante planta transformadora de energía EJESA, que dejó un saldo de 80 heridos y 70 detenidos o, también, la represión ejecutada por la policía de Santa Cruz, sin orden judicial, contra los integrantes de la Fundación Olivia a quienes golpearon ferozmente y tiraron balas de goma. Esa es la función que establece la burguesía para sus fuerzas de “seguridad”, ése es el supuesto “trabajo” por el cual piden aumentos de sueldos. Lo recordamos para aquellos trasnochados que no escatimaron discursos de respaldo a la “justicia” del reclamo de los gendarmes y prefectos o traidores, como Caló y Moyano, que salieron a apoyar a los mismos que después reprimen a los trabajadores. ¿Para qué pagarles más? Para que repriman con eficiencia…

El Combatiente N°52

Los reclamos sociales que crecen sin prisa, pero sin pausa, preocupan al gobierno. Florecen, como hongos, todo tipo de protestas, no sólo sindicales, sino sociales: contra la minería que avanza, contra la contaminación producida por diferentes empresas, contra el gatillo fácil o la violencia de género. Después del histórico fallo cordobés contra un ruralista y un piloto por la fumigación ilegal con agrotóxicos que provocaron cáncer a 200 personas –de las cuales fallecieron 111- en el Barrio Ituzaingó, en Córdoba se realizó una multitudinaria marcha contra Monsanto que pone de relieve que el consenso entre la oligarquía sojera de la Sociedad Rural, la Confederación Rural Argentina y el gobierno –con rechazo de la Federación Agraria que abandonó las negociaciones- para una nueva Ley de Semillas, generará tanto rechazo popular como generan las mineras. Es que comienzan a verse los resultados nocivos para la salud del uso de agrotóxicos, como el caso del niño José Rivero, de la provincia de Corrientes, que falleciera en el Hospital Garrahan por envenenamiento provocado con los químicos usados en la chacra vecina. Pero el gobierno está dispuesto a seguir hacia adelante no sólo con la protección a las mineras, sino a empresas que, como Monsanto, fabrican agrotóxicos cancerígenos que han sido prohibidos en la mayoría de los países europeos y de América del Norte.

El Combatiente N°52

Y para sembrar la soja de Monsanto es evidente que la burguesía está dispuesta a defender sus intereses no sólo con la pluma, sino también con la espada: repudiamos el asesinato del compañero Miguel Galván, del Mocase Vía Campesina de Santiago del Estero, a manos de sicarios de los terratenientes. Exigimos castigo a los autores materiales e intelectuales.

Policías provinciales, gendarmes, prefectos, barra bravas, mercenarios que responden a terratenientes, TODOS conforman las fuerzas de choque de una clase que pretende perpetuar su poder a sangre y fuego, a pesar de que se sumerge en sus propias contradicciones mientras su sistema canalla se entierra en la crisis más profunda de su historia.

Los días por venir, tal como se presentan los hechos políticos, irán sumando paradojas e incoherencias más contundentes. Muchos abandonarán el barco de las promesas y los sueños de una burguesía no sólo decadente, sino cada más expuesta, desnuda y vulnerable, porque su manto de credibilidad se precipita para dejar al descubierto su verdadero rostro explotador. Así como sucede en el resto del mundo, día a día veremos quién es quién, que aquellos que alguna vez se disfrazaron de populares, en realidad entrañan un tentáculo más de los tantos que alimentan a una clase parasitaria y apropiadora, asesina y canalla. Está en nosotros salir del empate de debilidades entre ellos y nosotros y encontrar el camino que una nuestros objetivos e ideales para emparentar nuestro presente con nuestra histórica tradición de lucha. Nunca tan claras, como ahora, se dieron las condiciones materiales para derrotar a la burguesía. Nunca, como ahora, tuvimos tantas oportunidades y sólo depende de nosotros que nos encuentre organizados para empujarlos en su caída. No será fácil, pero tenemos a favor los aires de rebeldía que soplan en el planeta entero y la causa justa que siempre tuvimos para pelear como trabajadores: derrotar el yugo. A organizarnos debe ser nuestra consigna, a vencer, nuestro objetivo final y más generoso.

03/11/12
Por Amanda Cánepa.

INTERNACIONAL

Dijimos, desde estas páginas, que la crisis de superproducción del sistema capitalista iba a transitar por, al menos, tres etapas. Ellas se superponen, se convierten de causas en efectos y de efectos en causas, retroalimentando las consecuencias de una y otra. La primera, la profundización y extensión del fenómeno crítico, está siendo transitada y sus consecuencias están a la vista, sólo falta el inevitable desenlace: el crack financiero.

Los billones de dólares y euros, sin respaldo, volcados para estabilizar a los grandes bancos, para dar “liquidez” a las grandes financieras, fueron a los bolsillos de un minoritario sector de la burguesía financiera, operando un brutal proceso de concentración y centralización de la producción y los capitales, incrementando así el empobrecimiento general.

El fenómeno estuvo y está signado por guerras de rapiñas como las perpetradas en Irak, Afganistán, Libia, Túnez y aprontes e intentos para hacer lo mismo en Siria, Irán y el Líbano, pero apuntando, como enemigos principales, a Rusia, China e India, que son parte del Tratado de Cooperación de Shangai. La burguesía financiera imperialista occidental necesita para sobrevivir un nuevo reparto del mundo.

La segunda etapa, que no se desarrolla de manera lineal, se caracteriza por las políticas que aplican los estados burgueses para resolver la crisis y sus consecuencias a nivel internacional, regional y nacional.

El Combatiente N°52El contexto más general es de una total sumisión de los Estados Nacionales a los intereses del capital financiero y de la burguesía financiera imperialista occidental. Todos los gobiernos, los de los países centrales y la mayoría de los países periféricos, son meros títeres que se mueven y cumplen los dictados del capital financiero, marchan al compás de los intereses de la burguesía financiera imperialista, unos más abiertamente y otros con más mentiras o más embozadamente. La burguesía financiera imperialista ha puesto a su servicio, para hacer sus negocios y llevar a cabo sus guerras de rapiñas, no sólo a los estados nacionales, sino a la Organización de las Naciones Unidas y todas sus secciones: la Organización Mundial de Salud declama como pandemia a enfermedades para que grandes laboratorios vendan millones de vacunas y medicamentos; la Organización de Derechos Humanos de la ONU condena las violaciones, existentes o no, en los países que se oponen a la burguesía financiera imperialista, pero nada dice de los derechos humanos de los palestinos, iraquíes, afganos, libios y tantos otros, como tampoco investiga las condiciones de vida de los millones de presos en Estados Unidos que son sometidos al trabajo esclavo de grandes empresas ni lo que sucede con las privatizaciones de las cárceles en países europeos donde pasa lo mismo. Las Secciones de la ONU se han convertido en brazos políticos de la burguesía financiera imperialista para atacar a los países que no se someten a sus dictados. En el caso de Siria, alentó y alienta la intervención de los terroristas y mercenarios, lo mismo hace con Irán. Ha borrado del Derecho Internacional el capítulo de “La no injerencia en los asuntos internos y la libre determinación de los pueblos”. La Organización de la Naciones Unidas, que no son tan unidas, silencia y no condena al más grande contaminador ambiental del planeta, Estados Unidos con su complejo militar-industrial: el Pentágono y sus guerras de rapiña que lleva adelante con la OTAN, gases de todo tipo como uranio empobrecido, fósforo blanco y toda la parafernalia de armas contaminantes que usan para invadir y someter a los pueblos. Nada dice la ONU. Silencia todo.

El Combatiente N°52Todas las mentiras y ocultamientos comienzan a salir a la superficie, primero tímidamente, hasta que se convierten en arrolladoras.

Hoy, la OTAN, con Estados Unidos a la cabeza, intenta salir “limpia” de la sucia invasión de Libia y de la sucia guerra desatada contra Siria. Para eso abandona a Turquía y a los terroristas y mercenarios que lucharon para ella. La burguesía -y mucho menos la burguesía Financiera imperialista- no tiene códigos ni lealtades. Su única Lealtad a la que le rinde culto, su único dios es la GANANCIA de sus sucios negocios. Por algo Don Carlos Marx decía, hace más de un siglo, “El dinero está manchado de sangre, pero… el capital resume sangre por todos los poros”.

La rapiña es una de las fuentes de las que el capital financiero y su clase dominante, de forma ideal, pretenden extraer los recursos para “salvarse” de la crisis. Otra fuente es el pago puntual de las deudas externas de los países periféricos que los gobiernos títeres pagan puntillosamente con la plusvalía extraída a sus clases obreras y sus proletariados. Son países empobrecidos, al borde del agotamiento, que venden sus recursos naturales a precios viles.

Pero la fuente principal de recursos es la de descargar la crisis sobre las espaldas del proletariado mundial, usando decisiones políticas que nos empobrecen más y más, hasta hacer insoportable las condiciones de vida.

Estas decisiones políticas abrieron la tercera etapa, la etapa social. Son las consecuencias sociales de las medidas de “ajuste” que están aplicando los gobiernos títeres por mandato del Fondo Monetario Internacional -que de internacional sólo tiene el nombre-, del Banco Mundial -que de mundial no tiene nada- para los países periféricos. El FMI, el Banco Común Europeo y la Unión Europea están empeñados en desangrar al proletariado europeo y su periferia: aquellos que estuvieron en la órbita soviética y que hoy sufren la dictadura del capital financiero y que ayer se quejaban de la dictadura del partido único.

Nada es gratuito en esta vida, ni siquiera para la burguesía financiera imperialista. Los proletarios han sido y son cada vez más arrinconados por las iniciativas de los gobiernos títeres de todo el mundo “occidental y cristiano”. Pero está reaccionando y con desarrollos desiguales van encaminándose hacia el entendimiento, hacia la toma de conciencia de que no hay parches que “tapen” el empobrecimiento general, la parálisis de la producción, que el sistema ya no puede revolucionar las fuerzas productivas y mucho menos distribuir equitativamente las riquezas generadas por la sociedad colectivamente.

Es importante tener en cuenta que los grandes medios de comunicación y propaganda están en manos de la burguesía financiera imperialista y que todavía tienen éxito en velar noticias que les interesa ocultar a la vista de todos. Pero ese éxito poco a poco se va deshilachando y paulatinamente se van abriendo grietas que permiten ver que los pueblos y los proletarios están dando pelea, aunque todavía sea una pelea desigual porque se hace cuesta arriba remontar las consecuencias de la derrota. También hay que apuntar a que al proletariado no le queda otro camino que enfrentar a la burguesía financiera imperialista allí donde esté. Existen alentadoras experiencias de trabajadores en Estados Unidos, China, Rusia y toda Europa.

El Combatiente N°52Lo que nos llama la atención es la decisión del gobierno suizo: sin razón aparente aumentó su ejército con dos batallones y movilizó a sus fuerzas hacia las fronteras. La razón que esgrime un prestigioso analista de ese país, es que dicha movilización militar se hace en prevención de las seguras insurrecciones que pueden llegar a sus fronteras. Suiza limita con Alemania, Austria, Italia y Francia. Los suizos no se caracterizan por ser alarmistas, se sienten seguros, tanto que ni Hitler quiso tomar la decisión de invadirlos y prefirió hacer negocios: allí guardó el producto de casi todos los saqueos.

Las movilizaciones en la vieja Europa inquietan y alarman a la burguesía financiera imperialista. Francia, sacudida por movilizaciones obreras, enfrentando el cierre de fábricas como Renault y Citroen; Inglaterra avasallada por multitudinarias manifestaciones, al igual que Portugal, Italia y España. Los enterradores del sistema capitalista han echado a andar, es sólo cuestión de tiempo para que se organicen en pos del derrocamiento de los explotadores.

A los norteamericanos no les va mejor. A pesar del pesado silencio que imponen los grandes medios de comunicación y propaganda de la burguesía financiera imperialista yanqui sobre las rebeldías sociales que cruzan todo el territorio del país, también se están abriendo poros y fisuras que dejan trascender luchas con caracteres clasistas, como la lucha victoriosa de los trabajadores de Walmart y de los recolectores y procesadores de tomates en La Florida. También aparecen voces discordantes con matices de la política internacional reflejados en el New York Time y en el Washington Post. Es cierto que las elecciones están cercanas, a días de concretarse, y que estos medios reflejan los intereses de distintos grupos en disputa, pero no dejan de ser contradictorias sus posturas sobre un ataque contra Siria o contra Irán. No tenemos dudas que, de concretarse esos ataques, estos medios se alinearán rápidamente. De todas maneras, si bien reflejan los hitos de la campaña electoral, no expresan las posturas de los candidatos, quienes parecen empeñados en una carrera hacia el abismo, lejos, muy lejos de las necesidades del pueblo estadounidense.

Nunca, como ahora, se han igualado las posiciones de los republicanos y demócratas sobre política interna e internacional. Pero es de rigor remarcar que, en los hechos, siempre hicieron lo mismo: invadir, masacrar, apoyar genocidas golpes de estados, alentar al terrorismo internacional, en definitiva, defender los intereses más reaccionarios del planeta sin ningún escrúpulo. Para ilustrar lo que decimos, basta releer “El gran tablero” -cuyo autor es un polaco renegado- u observar los planes para el AFRICOM y contrastarlos con las matanzas de cristianos en Ruanda, las masacres en Somalia, Sudán, Sudáfrica, en síntesis, en toda África, con el fin de entorpecer los negocios de los chinos y rusos.

Ganen los demócratas con Barack Obama o ganen los republicanos con Mitt Romney, nada va a cambiar, sólo la visión objetiva o no de la relación de fuerzas que se le oponen a nivel mundial y la sensatez frente a esa visión harán que el mundo no se vea envuelto en otra guerra mundial. En última instancia, es el pueblo norteamericano, elija a quién elija, el que va a decidir sobre el rumbo que tomen sus gobernantes. Para eso tendrá que ponerse a la altura que el momento histórico le exige. Hasta hoy, debemos ser objetivos, su papel no permite ser demasiado optimistas.

Hasta ahora la OTAN y el Pentágono se manejan con la usina del miedo, amenazan y amenazan, pero la realidad demuestra otra cosa, sus objetivos en Irak no fueron conseguidos; en Libia tampoco: los partidarios de Muhamar Ghadaffi siguen luchando e interfiriendo en los planes imperialistas; en Afganistán no sólo no han logrado los objetivos fijados, sino que tampoco saben cómo salir elegantemente. Intentaron desestabilizar y voltear al presidente Sirio para romper la alianza de Hezbollá, Siria e Irán. Por la dura posición de Rusia y China no pudieron usar su falaz argumento del “corredor humanitario” y echaron mano a todos sus terroristas y mercenarios para desatar una guerra que justifique una intervención en toda la línea, pero fracasaron. El ejército regular Sirio los fue destrozando hasta que la OTAN optó por abandonarlos a su suerte, dejando a Turquía expuesto a la vista de todos como un agresor y con grandes problemas internos y externos. Ahora los rusos, con el acuerdo de la ONU, desplegarán en Siria una fuerza de paz compuesta por cincuenta mil hombres de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC). El 28 de septiembre de este año se reunieron, en Nueva York, el Secretario General de la OTSC Nikolai Bordyuzha y el Sub-Secretario General para la Paz de la ONU, Hervé Ladsous, y firmaron un memorando por el que se autoriza a la OTSC a desplegar tropas de paz, llamados Chapkas Azules, en el territorio de Siria. Hasta aquí, la única que estaba autorizada por las Naciones Unidas para desplegar fuerzas de paz, Cascos Azules, era la OTAN…

El Combatiente N°52

La Organización del Tratado de Seguridad Colectiva está compuesta por Armenia, Bielorrusia, Kazajstán, Kirguistán, Tayikistán y Rusia. Esta irrupción en escena de los chapkas azules demuestra, por un lado, un triunfo de la política internacional rusa y, por el otro, el desprestigio de Estados Unidos y la OTAN, lo cual implica una derrota diplomática y política del imperialismo y un despegue de la política guerrerista de un sector de los funcionarios de la ONU, sin contar las innumerables denuncias que viene realizando la diplomacia rusa en muchos foros internacionales, que van desde las violaciones a los derechos humanos al interior de los Estados Unidos y la violación de las leyes internacionales sobre el uso de las relaciones de Estados Unidos con terroristas, hasta la venta de armas a esos grupos para desestabilizar gobiernos. Son denuncias que van subiendo de tono y que, en el caso del despliegue del escudo antimisiles que Estados Unidos está instalando en Europa y Turquía, se convierten en francas amenazas de destruirlo.

La burguesía financiera imperialista, con una visión teñida del más puro idealismo, pretende derribar lo que ella misma ayudó a construir: el poderío económico de China. China abrió sus fronteras para la enorme masa de capitales acuciados por la necesidad de bajar costos, algo que en sus países era difícil conseguir. La introducción masiva de tecnología en la producción fue cambiando imperceptiblemente la composición orgánica del capital, algo que Don Carlos Marx había analizado y a lo que le dio el nombre de “tendencia histórica a la tasa decreciente de las ganancias”, que es producto de la competencia entre los distintos capitalistas y que se da por la anarquía burguesa para producir, pues su único objetivo es la ganancia.

El Combatiente N°52

Esta búsqueda de ampliar las ganancias de la burguesía financiera los hizo trasladar enormes masas de capitales a los países asiáticos Corea del Sur, Malasia, Tailandia, Indonesia y Pakistán, donde encontraban mano de obra barata. Luego, le siguieron China, Vietnam e India como grandes receptores de inversiones para el desarrollo de industrias que abandonaban total o parcialmente sus países de origen (Estados Unidos, Inglaterra, Francia, Alemania, etc.). China, por sobre todos los demás, fue el gran receptor de esas inversiones que, primero, lo convirtieron en el primer exportador de mercancías y, luego, en un gran exportador de capitales. Según los analistas, China ocupa el segundo lugar por la dimensión de su economía. Pero creemos que hay que analizar bien, porque el primer lugar de Estados Unidos es bastante dudoso. La razón o el origen de los ataques contra China provienen, como en el caso de Rusia, de esa dudosa preeminencia de Estados Unidos; China, por su producción de mercancías, sus precios y su alta tasa de crecimiento y Rusia, por su poderío militar: hasta la caída de la Unión Soviética y su desmembramiento era garante de la paz mundial y de un equilibrio que operaba como dique de contención a las aspiraciones de la burguesía imperialista.

El desmembramiento de la Unión Soviética abrió el apetito rapaz de la burguesía financiera imperialista y emprendió una serie de guerras de rapiña, abiertas y encubiertas. La recuperación de Rusia, su alianza con China e India en la Organización del Tratado de Shangai con la participación de otros países en diferentes compromisos ayudaron a que la recuperación fuera más rápida y retomara su actual papel de potencia. Junto con China, hoy por hoy, son los garantes de la paz y un freno para las rapaces pretensiones de la burguesía financiera imperialista.

POR LA REGIÓN CORREN VIENTOS REACCIONARIOS.

Después del golpe de estado en Honduras, apoyado y preparado por la embajada norteamericana, el “nuevo” gobierno, surgido de elecciones absolutamente amañadas, pero reconocido por Estados Unidos con el silencio de la ONU y contando con las dudosas vacilaciones de la OEA, se ha dedicado a liquidar toda oposición política y social. Masacres de periodistas, campesinos, sindicalistas, estudiantes, miembros de organizaciones de Derechos Humanos suceden a diario con el único fin de borrar de la faz del territorio de Honduras lo que signifique una traba para los planes de la burguesía hondureña y sus amos, la burguesía financiera imperialista.

A ese golpe le siguió el del Paraguay, detrás del cual también están los yanquis y los intereses de un sector de la burguesía brasilera que se ha adueñado de grandes extensiones de tierras paraguayas limítrofes con su frontera. La burguesía paraguaya tramita la instalación de una base para tropas estadounidenses.

El Combatiente N°52

En Perú, el autoproclamado “nacionalista” Ollanta Humala está despoblando parte del territorio para entregarlo a la voracidad del capital financiero que hará grandes negocios con la extracción minera, altamente contaminante, que produce la reacción y movilización del pueblo peruano. Para amordazar las protestas elabora leyes represivas, mientras intenta silenciar las razones de la guerra interna, manteniendo sólo la versión “oficial”. Para ello quiere imponer la Ley del negacionismo, en virtud de la cual quien difunda una versión que no sea la oficial puede pagar con cárcel la osadía. El broche de oro es la decisión del Parlamento peruano de permitir la entrada de tropas norteamericanas en el Perú…

Un capítulo que aparece como alentador es la decisión del gobierno colombiano y las FARC-EP y el ELN. Pero… debemos ser justos y sinceros. Entre los objetivos de las FARC-EP, ELN y los del gobierno de la burguesía colombiana hay un profundo abismo, una enorme distancia que nos remite a una sola pregunta: ¿Es posible la PAZ en el mundo… y en Colombia? Estamos convencidos de la debilidad estratégica, en general, de la burguesía financiera imperialista y de sus socios menores de la periferia. Pero, creemos que, en el caso puntual de Colombia, la burguesía con su visión idealista del mundo y de la historia piensa que puede engañar al pueblo colombiano y separarlo, dividirlo y quitarle sustento popular a las FARC-EP y al ELN. No dudamos, en absoluto, de los objetivos de la guerrilla. Sí dudamos de las “buenas intenciones” del gobierno colombiano que necesita “despejar” el territorio para concretar los negocios con las transnacionales petroleras, mineras, madereras y otras. Los intereses de unos y otros son antagónicos y excluyentes. En toda la región, a los proletarios se nos presenta la misma contradicción. De todas maneras creemos que la negociación hay que hacerla, porque así quedará claro qué pretenden uno y otros, a la vez que también quedará expuesto quién quiere los cambios que beneficien al pueblo y quién no. Por lo tanto, se expondrá con toda claridad quién es el agresor… Las FARC-EP tienen razón al decir “es el pueblo de Colombia el que debe decidir”.

Nosotros estamos convencidos de que hay que usar todos los medios para acumular fuerzas para ir por todo, POR EL PODER, única garantía de que vamos a ganar la PAZ.

Por Mario Roberto Salvatierra.

OPINION

HAY QUE SABER ODIAR

La burguesía se empeña en mostrar permanentemente que los odios, las broncas y los desplantes son de los resentidos, de quienes no se adaptan a las reglas o cuestionan las leyes o el sistema. Y, en verdad, la burguesía pugna y pugna por generar resentimientos y odios entre los propios asalariados y las capas desposeídas. Así sucede, y fractura los sindicatos; divide a los trabajadores en blanco de los trabajadores en negro; a los campesinos pobres, de los pueblos originarios; a los intelectuales y artistas les da atributos y dádivas que los hacen separarse del pueblo para ponerse sobre él, haciendo también esas profesiones y oficios inalcanzables para "los comunes".

El actual gobierno es docente en generar "divisiones"… Y va entre comillas porque en realidad son falsas divisiones, pero que repercuten hacia abajo en las capas sociales más humildes -que son el sustento del gobierno- fanatizándolas y haciéndolas partícipes voyeurs de una pelea sorda y mentirosa con otro sector de la pequeño burguesía y ciertas capas medias reacias a sus políticas. Es en este marco en el cual la presidenta desempeña su virtuosismo docente al hablar y tirar cataratas de palabras. Verborragia que pega a diestra y siniestra a sus circunstanciales "enemigos" de la oligarquía o a corporaciones con las cuales no hace negocios porque se recuesta sobre otro sector burgués.

La presidenta hace humor e ironiza en EE.UU, “enfrenta” al FMI y se burla de los estudiantes de la Universidad de Harvard con sorna y cierto desprecio, como si fuera una cuestión de clase, pero es como si fuera… La verdad es que no lo es. Los estudiantes de Harvard son en realidad el recambio dirigencial burgués y es natural que la clase más postergada tenga rencor hacia ellos. Y la presidenta hace suyo ese rencor para generar afectos desde abajo para sostener su política de gobierno, total es gratuito y no modifica en absoluto su lineamiento económico. Por el contrario, sabe muy bien la propaganda del show mediático y sus efectos. Y también sabe que eso no afecta en absoluto la dinámica que imprime a los negocios que viene cerrando con sectores muy concentrados de la burguesía mundial: megaminería, alimentación, semillas, sectores financieros o digamos directamente Barrick Gold, Monsanto, Soros, Slim, Chevron y ahora Exxon, por sólo nombrar algunos. Nada hace pestañar a estas mega empresas. Y a nuestra presidenta exitosa, tampoco. Porque Harvard no es La Matanza, chicos...

El Combatiente N°52

La presidenta es el gobierno de las corporaciones en general muy vinculadas al imperialismo yanqui, y sin embargo, hacia abajo, muestra desprecio y posturas de enfrentamiento para con EE UU y dichas corporaciones.

Los odios son absolutamente válidos cuando de clases sociales hablamos. Y la burguesía lo manifiesta permanentemente atacándonos en todos los espacios en que los trabajadores, campesinos, asalariados profesionales e intelectuales y artistas comprometidos con un mundo distinto, libre de explotación y propiedad nos manifestamos.

Lo necesario e importante es que el odio de clase debe ir creciendo precisamente en los trabajadores y campesinos. No tener miedo a odiar con todo el intelecto a la clase dirigente, a la burguesía y sus empleados de lujo. El odio a las instituciones burguesas, odio a sus prebendas, odio a sus ofertas de cooptación, odio porque no nos permiten educarnos ni comer como corresponde ni manifestarnos ni organizarnos (recordemos que fue la presidenta quien hizo votar la ley Antiterrorista porque era una exigencia de un organismo norteamericano y porque eso genera "buena predisposición para las inversiones"). Odio por todo eso y por quienes contaminan la tierra, por quienes la expropian, por los que usan el agua a destajo para extraer minerales, reventando montañas a granel sin importar nada. Odio a esos gobernantes y jueces que priorizan el dinero por encima de la vida y la dignidad.

El Combatiente N°52

Ese odio es el que está faltando y que es tan necesario para enfrentar al sistema y derrotarlo. El "odio y resentimiento" que la presidenta manifiesta en sus diatribas panfletarias contra el imperialismo, el FMI y las corporaciones, no es más que pólvora mojada.

La presidenta conoce los límites también y sabe cuándo debe dar un guiño y cuándo debe retroceder. Es lo pautado en el discurso "latinoamericano", "nacional y "popular". Y la burguesía lo sabe. Lo sabe Macri y lo saben los dueños de la sartén. Funciona para avanzar en la explotación y la opresión. A algunos no les gusta, pero saben que ese "odio" es mejor que el ODIO de clase que, lisa y llanamente, los barrería al basural de la historia.

Jano.

LECCIONES DE BATALLA

Raymundo Gleyzer

La voz de Diego garabatea palabras.

-Papá ¿Qué cosa es el África?- le pregunta a Raymundo.

-El África es un continente lleno de niños negros, que juegan con jirafas y cebras - le contesta Gleyzer mientras que su mirada se nubla y se pierde en los paisajes sepias, polvorientos, amasados en fuegos y barricadas, en las imágenes grabadas en sus ojos…

Los sótanos de una filmoteca. Los estantes colmados de latas .El fílmico, la secuencia de fotos que se transforman en movimientos. No son fantasmas de celuloide, son vidas que no pueden ser sepultadas bajo las autopistas, son voces que ni la muerte calla.

Sara y Jacobo actúan, recitan las líneas de Bertolt Brecht, el niño Raymundo observa a sus padres sobre las tablas, juega con una cámara de cartón. En ese entonces era “el pequeño mundo” que decía Strindberg. Lejos todavía estaba la separación de sus padres, lejos sus 14 años trabajando de fotógrafo. La vida era ese tren de Birri que pasa con un niño corriendo atrás. Pasó la escuela de cine de la Plata y su amigo Humberto Ríos. Pasaron sus intervenciones en Telenoche. Pasaron sus viajes a Malvinas y a Cuba.

El Combatiente N°52

El viento sopla en la memoria y arrasa los flashes, las escenas furtivas de los caminos recorridos. Ese árido paisaje del nordeste, ese niño desnutrido y desnudo que pelea con la vida cada segundo. El viento envuelve a los invisibles del sistema, los define, los nombra para que no mueran en el olvido. Raymundo cuenta la historia y su cámara es una boca que destella las llamas y la furia contenida por años. El golpe de estado en Brasil, esa huida caminando kilómetros con los equipos de filmación, evadiendo al ejército que lo esperaba en el aeropuerto. La vida era movimiento, no era la contemplación sedentaria. La vida era hundir las manos en el barro y amasar el futuro, como la viejita de Hualfin, mover el mortero y triturar la injusticia. La vida no eran esas momias congeladas de las fotos, la vida era una película que escribían las masas combatiendo en las barricadas de Tucumán, Rosario y Córdoba. Eran los obreros ocupando las fábricas, las batallas que se traslucían en organización: PRT, Montoneros y FAR se juntaban en las calles contra el enemigo común. Raymundo sabía desde chico que la revolución era el único camino, había pasado por el PC y ahora militaba con los perros. Estaba encargado de elaborar informes. Swift fue el primero, “la información es un arma” le repetía a los compañeros. La lucha y el amor estaban unidos, el amor a la vida los movía. Con esa pasión se conocieron Raymundo y Juanita y desde entonces estuvieron juntos. Juana Sapire corría de un lado a otro con esos grandes micrófonos, con los grabadores aparatosos de cintas laberínticas, siempre con una sonrisa lo miraba a Raymundo. Con su pañuelo atado en la cabeza, con esa paciencia y esa pasión que definió a toda una generación.

El Combatiente N°52

El tiempo no es una cuestión de las eternas arenas cayendo en el reloj. El tiempo es una pregunta en México, así vuelven a la vida los guerrilleros de Zapata y Villa, entran traicionados, buscando la revolución por la que murieron, persiguiendo la reforma agraria, el PRI es el sepulturero de la esperanza... El asesino Echeverría sonríe a la cámara, le muestra a los argentinos que lo entrevistan lo generoso que es el PRI con los pobres, cambia votos por cuadernos y lápices, sonríe y de su boca surgen los cadáveres de las cuatrocientas víctimas de Tlatelolco… Sonríe el ministro del interior, “el populismo es el festín de la burguesía” piensa Raymundo con el ojo en la cámara, la revolución congelada arrastra sus hijos esclavos de la tierra y la sed. “Al populismo hay que combatirlo” le dice Solanas, cuando le pregunta por qué cambió el final de “La hora de los hornos”.

La voz de Diego proyecta jirafas en una planicie infinita. Se imagina, cuando su padre le dice “África”, a Gleyzer caminando entre los pastos altos. Raymundo no puede dejar de ver esos ojos de Diego que como pedazos de firmamento flotan en su cabeza. Era 1972 recuerda, cuando el niño nació, se le aparece Juanita amamantándolo…

Se dibuja la sonrisa del bebé y su expresión alivia todos los dolores. “Lo importante es que está bien”, piensa Raymundo, mientras en la celda de al lado Haroldo le dice “a vencer o morir“. Los años de los informes; las jornadas interminables de Swift, cuando en la puerta del frigorífico se amontonaban los trabajadores para retirar los alimentos y las frazadas que el ERP puso como condición para la liberación del cónsul británico; todo el trabajo de filmación de los comunicados 5 y 6 donde describía las condiciones de súper explotación que la patronal imponía a las masas proletarias; el Banco Nacional de Desarrollo, la expropiación más espectacular de los perros a unos metros de la casa Rosada… Los informes son claros: la única solución para los obreros y el pueblo es la toma del poder... No es un camino fácil, el enemigo no da ninguna tregua, no existen soluciones rápidas, toda lucha se basa en el ejemplo, en la conciencia, en saber que está en juego la humanidad misma, que nuestros enemigos no tienen ninguna misericordia, que la lucha es abierta, de frente y en todos los terrenos. La crueldad y la saña son el sello distintivo de la burguesía, “Ni olvido, ni perdón” grita Raymundo después de la masacre de 19 compañeros en la base aeronaval de Trelew. Ni siquiera a los muertos respeta el enemigo y reprimen y encarcelan a los asistentes de los velorios masivos de los combatientes. Entran con tanquetas, arrastran sus ataúdes, persiguen con perros e hidrantes a los familiares. La guerra popular no es una metáfora, la guerra es un hecho lacerante, un grito de los torturados en las comisarías, un puño que se alza en la intemperie de la muerte, es un acto de vida. O de muerte… A vencer o morir por la Argentina con los dientes apretados, decidido, eterna consigna que supera el tiempo.

El Combatiente N°52

“A ver, compañeros, tenemos que generar lugares donde la clase obrera discuta su situación, no tenemos que ser sectarios, nosotros discutimos con todos, en todos los lugares se tiene que pasar Los traidores, no importa si los compañeros son peronistas o lo que sean, lo que importa es que son trabajadores… y donde no existan recursos, nosotros vamos a llevar el proyector, el cine de la base tiene que estar donde está el pueblo”, les dice Raymundo a Álvaro y Nerio. ¡Todavía se acuerdan los cumpas de los días de filmación, las citas clandestinas recolectando a los actores, la vez en que Jorge Cedrón le dijo a su responsable político que lo iba a ayudar a un perro en una película que denunciaba a la burocracia sindical peronista, las risas de los compañeros cuando lo vieron entrar como Roberto Barrera! Eran agotadores esos días, el traslado del material filmado en los vuelos de aerolíneas para saltear la censura y la represión, las primeras proyecciones en los barrios, la sombra que lentamente cubría al país, la masacre de Ezeiza que comenzaba a mostrar que Perón llegaba para ahogar en sangre el proceso revolucionario.

-Papá ¿Qué cosa es el África?- le pregunta Diego a Raymundo.

Raymundo mira la mazmorra, sabe que Haroldo está con un cura y le grita “¡Decile a mi familia que estoy bien!” mientras sabe que sus compañeros están vivos porque dio direcciones de casas deshabitadas a sus torturadores.

Las imágenes pasan, no son fantasmas de celuloide, son vidas que rompen el silencio de asfalto con que quisieron desaparecerlas, son voces que ni la muerte calla. Raymundo Gleyzer sabe que la revolución es un continente infinito donde los niños sin tiempo juegan, donde la muerte no existe. La revolución es un continente infinito donde el hombre no es el lobo del hombre, donde se levantan triunfantes los puños de los caídos. Y todavía se oye “A vencer o morir por la Argentina”, regresa de sus voces y de la mirada vigente de Raymundo.

Pablo Augusto Abaddón

LEA Y DIFUNDA EL COMBATIENTE -  prensaydifusionprt@gmail.com