Agosto/ Septiembre
2007


El Combatiente Nº26SITUACIÓN NACIONAL El Combatiente Nº26INTERNACIONAL El Combatiente Nº26RAWSON, TRELEW: TODAVÍA CANTAMOS …
El Combatiente Nº26HISTORIA DE LA SANGRE Y DE LA VIDA El Combatiente Nº26ACTO HOMENAJE A MARIO ROBERTO SANTUCHO Y CAÍDOS EN VILLA MARTELLI  

 

PRT - El Combatiente Nº26 SITUACION NACIONAL 

    El Combatiente Nº26Los tiempos se acortan. Lo que parecía una locura sostener hace un tiempo atrás ya no se considera tan imposible ni tan loco. Se están acercando -y parece que pronto confluirán- la necesidad y la posibilidad. El péndulo social se mueve sin prisa ni pausa hacia la izquierda. El proceso capitalista ve acercarse aceleradamente los tiempos de no ser. Ha venido transitando un brutal movimiento hacia la centralización y la concentración de las riquezas. La teoría del “derrame” ha demostrado ser una falacia. La burguesía más lúcida choca con las masas cada vez menos permeables al engaño. Las masas son más permeables a los planteos de cambios, hay más decisión para enfrentar al enemigo de clase.

Decíamos en otro número de El Combatiente, que la burguesía financiera ha cooptado un sector importante de la autodenominada izquierda para que le garantice lo que ella no puede garantizar: consenso, “gobernabilidad”, disciplina social, en fin, tranquilidad y seguridad para realizar sus ganancias que cada día son más fabulosas, mientras las dos terceras partes de la población están en la más absoluta pobreza. Sólo basta ver cómo han desglosado las elecciones para darse cuenta que tienen un solo objetivo: mantener ocupados mentes y brazos pergeñando alianzas, preparando propaganda, discutiendo cargos y carguitos a toda la población, mientras ellos realizan sus negocios y venden al mejor postor lo poco que queda por vender. Insistimos: los tiempos se acortan y la autodenominada izquierda tendrá que superar no sólo la derrota, algo de lo que nunca se hizo cargo pues los derrotados fueron los que practicaron la lucha armada, ellos no…

Lo que sigue está tomado, en gran parte, del texto que la Señora Beatriz Stolowicz tituló “La izquierda latinoamericana entre la lógica pendular y la razón emancipatoria”, que expuso en la Mesa redonda “Izquierda y renovación del pensamiento”, Coloquio Internacional de las ideas políticas, Universidad Arcis, Santiago de Chile, 19 de abril de 2006. Tomaremos el método de exposición y párrafos completos (que encomillaremos para distinguirlos) porque para nosotros refleja un nivel superior de abstracción de muchas concepciones que hemos desarrollado en distintos números y artículos de El Combatiente. Dicha exposición comienza diciendo: “Si ustedes me permiten, prefiero hablar de los problemas en el pensamiento de izquierda y no de “renovación”, porque lo nuevo no es en sí mismo sinónimo de bueno. Los problemas tienen que verse en relación con los objetivos y éstos con lo que define la identidad de izquierda -en toda su heterogeneidad- que es la búsqueda de la emancipación humana, que implica necesariamente igualdad social. Desde aquí hay que partir”.

Para la izquierda eso implica que tendrán que entregarse a la ardua labor de distinguir entre “derrota y fracaso”. Tendrán que explicarse y explicar cómo y por qué se sumaron al coro de la burguesía sosteniendo el fracaso del socialismo. El cómo y el por qué cantan y cantaron loas a proyectos netamente burgueses y populistas como el de Venezuela. Tendrán que “superar” la aceptación vergonzante de la “teoría de los dos demonios” que igualaba e iguala a los que luchaban y luchan contra la desigualdad, la opresión y la injusticia, con los que defienden a la burguesía, la explotación y el privilegio, justificando lo injustificable. Deberán dejar de “atribuirle al marxismo lo que su dogmatismo” e intereses de clase los llevaron a decir y hacer. Deberán “bajarse del caballo” y ensayar sus autocríticas frente a las masas. En muy pocas palabras, la izquierda deberá hacerse cargo de su papel disociador y el rol que jugó para la existencia de la actual dispersión política y social y ensayar un “análisis estratégico” para dotarse de una estrategia y tácticas que apunten a la disputa por el poder.
Es imprescindible que ya tome consciencia, porque estamos transitando en una época de crisis del capitalismo como sistema, con una burguesía íntimamente asociada a la burguesía imperialista y para nada dependiente como algunos sostienen todavía. Una burguesía rapaz, parasitaria, especulativa y expropiadora, que sólo puede reproducir su capital agudizando contradicciones. No es una situación que tenga parangón alguno con situaciones anteriores. Los sectores más lúcidos de la burguesía internacional lo saben y trabajan para una estrategia de supervivencia. Garantizar la tasa de ganancia y su reproducción requiere, en primer lugar, de algo tan preciado como la seguridad que, para el capital, significa pueblos domesticados que no protesten y se dejen explotar mansamente. La capacidad de la clase “dominante ha logrado socializar su gran problema, la seguridad, como un asunto de “hurtos y rapiñas”, que llega a confundir a no pocos “personajes de izquierda”.

En América Latina, expresión de esa estrategia conservadora es el pos-liberalismo, el mentado Consenso Pos-liberal que los ideólogos más lúcidos del sistema vienen gestando desde hace una década. Que se presenta como crítica al neoliberalismo, incluso expropiándole el lenguaje a la izquierda, pero que tiene por objetivo preservar al capitalismo. Es una estrategia esencialmente de control político, que comienza a implementarse desde mediados  la década pasada cuando diagnostican crisis de gobernabilidad por el fracaso del modelo político para impedir la expresión de demandas sociales; que luego busca incidir en el debate de alternativas al neoliberalismo con el propósito de neutralizarlas y que, cuanto más difícil les resulta impedir que la izquierda gane elecciones, tiene por objetivo hacer que ella se haga cargo de la ejecución de esa estrategia. Los éxitos que ya han tenido es una medida de los problemas en el pensamiento de la izquierda, tanto para pensarse a sí misma como para pensar a los dominantes. Una izquierda que además de vaciamiento teórico muestra un insuficiente conocimiento histórico, lo que la lleva a enredarse en los discursos doctrinarios que dan forma y encubren los objetivos capitalistas; que tiene déficit investigativos que le dificultan distinguir entre discurso y proyecto dominantes”. En el caso de la izquierda argentina, nosotros agregamos que no sólo muestra vaciamiento teórico y poco conocimiento histórico, sino que también padece de falta de posición de clase, sufre un profundo vaciamiento ideológico. Para ser más precisos, ha adoptado la visión de clase de la burguesía. No creemos que se enreden en los discursos doctrinarios, sino que son maestros en el doble discurso y conocen la historia pero la tergiversan de acuerdo con sus intereses de clase que ya no pertenecen al proletariado.

Y respecto del “pos-liberalismo”, inventó varias artimañas para confundir: por ejemplo, hablar de “modelo” y no de sistema económico; instaló la idea de la existencia del capitalismo salvaje y el capitalismo “bueno”. Muchos intelectuales y economistas que decían ser del campo popular ampliaron y acrecentaron estas barbaridades abandonando vergonzosamente el punto de vista de clase para analizar la realidad, ayudaron a confundir creando una cortina de humo para que la burguesía financiera hiciera sus negocios.

El neo liberalismo no es Estado mínimo, sino una intensa intervención estatal a favor del gran capital: disciplinando a la fuerza de trabajo; liberando al capital de toda traba jurídica; transfiriéndole riqueza social e ingresos de los no propietarios; estatizando la política para subordinarla a sus intereses. Tampoco puede ser reducido al “Consenso de Washington”, fetichizado, por cierto, porque existe como consenso real -pero con minúscula- no formalizado como para ponerlo con mayúscula. Aún si admitiéramos la reducción a ese decálogo de políticas económicas, éstas sencillamente condensan y reproducen ampliadamente la violenta transformación de las relaciones de poder entre capital y trabajo a favor del primero, que es la esencia, condición y resultado de la reestructuración capitalista. No pueden cambiarse esas políticas sin alterarse las relaciones de poder que les dan sustento. Y los pos-liberales buscan conservarlas. Por otra parte, la personalización del responsable “afuera”, en Washington, exime de responsabilidades a los capitalistas concretos: a los grandes, también latinoamericanos, que son trasnacionales; y asimismo a los medianos que han sido satélites y cómplices del gran capital”.

Es el vivo retrato del “progresismo” de Kirchner. El texto despeja las dudas acerca de la supuesta dependencia de la que habla cierta izquierda que padece de dudosa enfermedad nacionalista y confunde conceptos, como Nación con Pueblo. También deja claro el papel que juega el estado en manos de un sector de la burguesía asociada al gran capital transnacional, cuya principal característica es su rapacidad. Una burguesía parasitaria y especulativa, la actual dueña y señora del Estado burgués. Entendiendo, haciendo carne estas características se pueden entender “los males” de la educación en todos los niveles, la salud pública, transportes y de todos los servicios públicos que no son rentables. Y también expone la superficialidad de las consignas ¡Fuera Kirchner! ¡Fuera este o el otro! Despeja dudas acerca de quién es el enemigo principal y sus cómplices, dejando al desnudo que no hay, no existe ningún sector de la burguesía, con capacidad para encabezar ningún proyecto de “Liberación Nacional”. Que quienes esperan alguna muestra de coraje y valentía de esta burguesía sueñan o, en realidad, dicen querer la revolución pero trabajan en contra de ella... En honor a la justicia, no nos referimos a las bases de esos partidos, sino a sus dirigencias. A las bases las convocamos a que estudien y analicen la situación para que no sean llevadas a otra frustración.

Las reformas de segunda generación, formuladas desde el Banco Mundial en la época de Stiglitz, ni siquiera niegan a las primeras, las del “Consenso de Washington”; al contrario, dicen que eran correctas pero mal aplicadas y que se cometieron excesos. El neo-constitucionalismo realmente existente, que ya tiene casi una década, es grotescamente pro-activo a favor del capital: la pregonada reforma jurídica le aporta mayor seguridad a la gran propiedad, judiciariza la política y la represión para neutralizar opositores; se legisla para legalizar la flexibilización laboral; se convierte el neocolonialismo en derecho público internacional. Las políticas públicas en nombre de la “equidad” y de la “igualdad de oportunidades” se fundamentan en la muy neoliberal teoría del capital humano y no son distintas a las neoliberales políticas focalizadas contra la pobreza. La retórica pos-liberal sobre la regulación de mercados se rinde ante el altar que los mismos pos-liberales levantan a la inversión privada, extranjera y local, a la que-dicen-no se puede limitar pues genera empleo; cuando es principalmente especulativa y rentista, no lo genera. La deuda externa hay que honrarla y los bancos centrales deben mantenerse autónomos.

Pero hablan de Estado. La retórica liberal ha sido tan penetrante que la izquierda ha llegado a aceptar que la diferencia entre derecha e izquierda es entre anti-estatismo y estatismo respectivamente, lo que es falso. La derecha no es anti-estatista, ni la izquierda es-no debiera ser-estatista, pues el Estado es medio, no un fin en sí mismo. Las experiencias que así lo practicaron, fracasaron. Lo que las diferencia es la búsqueda o rechazo de la igualdad. Y hay que recordar que no eran estatistas Marx ni Engels, quienes advertían contra la fascinación frente al Estado y planteaban la necesidad de que se extinguiera como dominación sobre los hombres para que fuera administración sobre las cosas. No lo fue Lenín, inspirado en la comuna de París, y crítico riguroso de la burocratización”.

Podríamos llenar páginas y páginas criticando a la autodenominada izquierda, pero es una tarea para otro momento. La exposición de la Señora Beatriz Stolowicz se refiere también al papel que juega la izquierda legitimando y dando consenso a los proyectos de la burguesía financiera en Latinoamérica. Concurriendo, participando y hasta ganando elecciones, pero no es el caso de nuestro país. Todos sabemos, porque lo sufrimos, que aquí no pueden armar un frente electoral porque las mezquindades son mayúsculas. Y en las elecciones programadas para octubre no ocurrirá nada que ya no haya ocurrido.

En otro orden de cosas, el sacudón de las bolsas de Nueva York y europeas ha generado un sordo pánico en la burguesía: están tomando medidas para mantener el valor del dólar y hacen filtrar la información de una posible alza de la moneda norteamericana, cuando en realidad todo es ficción, pues la burguesía imperialista yanqui debe haber frenado la emisión de dólares frente al peligro de la desvalorización, manejo de la oferta y la demanda. La tendencia del dólar es hacia la desvalorización, más precisamente busca su verdadero valor que no es el que figura, sino entre un 30% a 40% por debajo. El problema no puede ser resuelto con la manipulación de la moneda ni con los 500 millones de dólares que pagó el gobierno al BID y al Banco Mundial. Solo están alargando la agonía. La burguesía nativa lo sabe y se cuida mucho de anunciarlo para que no cunda el pánico. Lo ha aprendido de 1929. No fue casual -ni un “descuelgue”- el discurso del presidente de la Sociedad Rural. Está tratando de defender sus intereses. Es sólo un indicio de la enorme preocupación que embarga a la burguesía financiera nacional e internacional. No están en las mejores condiciones. El proletariado en lucha por el salario entorpece cualquier tipo de maniobras.

Están usando todo tipo de elementos para mantener entretenida a la población. El desglose de las elecciones son operaciones de diversión que cuestan mucho dinero, pero las masas parecen “oler” la debilidad y aprietan, a pesar de la falta de unidad política, los trabajadores de Santa Cruz son un ejemplo y otro son los trabajadores del INDEC. Como en el caso de Neuquén, hubo organizaciones del “campo popular” que pretenden ganar protagonismo mediático con un accionar “vanguardista”, que sólo sirve para engrosar la lista de los presos. En realidad, deberíamos buscar ganar o empatar para dar más empuje a las masas.
En el campo popular se pueden ver vigorosos indicios de que el punto de inflexión que marcábamos en nuestros números anteriores de El Combatiente va lenta y pausadamente en vía de superación.

Debemos tomar la campaña del NO VOTO y tratar de organizar a las masas aunque sea modestamente para charlar sobre los problemas y las posibles soluciones. Debemos acentuar firmemente el trabajo sobre las fábricas, denunciando el papel del Estado en las discusiones salariales y planteando organizarse en los niveles que cada uno vea posible y necesario.

Debemos ir con la firme convicción de la fuerza de nuestro pueblo y la debilidad del enemigo.El Combatiente Nº26

Carlos Ponce de León

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INTERNACIONAL 

    El Combatiente Nº26Existen muchas personas que piensan y creen que los tiempos políticos se miden como el tiempo calendario. Les sucede lo mismo con los tiempos históricos. Nada más alejado de la realidad. Cuando les parece que el triunfo está al alcance de la mano se entusiasman y presionan para apurar el paso olvidándose que no se puede forzar la realidad, por lo tanto viven una ficción. Si la situación es a la inversa y vienen de una derrota, les parece ver que nada se mueve, que nada cambia y analizan todo con los mismos parámetros que medían antes de la derrota, pero tomando todo lo negativo. Se expresan con un profundo derrotismo, desaliento y desmoralización. Dejan entrever su falta de entereza para asimilar la derrota y su incapacidad para ver y analizar lo nuevo. Toman literalmente lo que se les dice y lo rechazan con la misma superficialidad y espíritu religioso tal como tomaban los argumentos que los hacía ver triunfadores. La falta de visión crítica los convierte en creyentes o no creyentes y no tienen fundamentos para aceptar o rechazar lo que se les propone. Esta actitud, similar a la ideología burguesa -por no decir que es una expresión de ella que nos enseña a no pensar y a repetir argumentos como si fuéramos loros- es una representación del pensamiento formal. Tomar literalmente el concepto de “la caída del imperialismo” creyendo que eso significaría la revolución, es pensar formalmente. De la misma manera, pensar en el imperialismo como algo invulnerable y eterno, es otra expresión del pensamiento formal burgués. Por un lado, tomar los argumentos de los años ’70 para analizar la economía capitalista y sostener que el imperialismo está incólume es desconocer la realidad existente. Por el otro, es negar los cambios que se han ido sucediendo desde el inicio de su crisis.

No se puede negar que en las últimas décadas Estados Unidos ha pasado de ser un país acreedor a ser un país deudor; de tener por mucho tiempo superávit fiscal a tener una formidable deuda fiscal; de ser el país donde se radicaban la mayoría de las grandes industrias a ser abastecidos por otros países como Malasia, India, Japón, China, Rusia, etc. Partes de los misiles los fabrica China. El combustible sólido para sus aventuras espaciales, hace años, se lo compra a Rusia. ¡Hasta los uniformes para sus ejércitos los importa de China! Estas importaciones pasan a engrosar la fabulosa deuda externa norteamericana. Su balanza comercial es negativa con casi todos los países con los que mantiene relaciones comerciales. De ahí deviene la necesidad de apropiarse de los recursos naturales, usando su fuerza militar. También de allí proviene la necesidad imperiosa de la burguesía imperialista norteamericana de “barajar y dar de nuevo”: sólo puede revertir la actual situación forzando un nuevo reparto del mundo. Pero, -¡He aquí la cuestión!- está extremadamente débil económicamente y sólo le queda la destrucción por la destrucción misma, situación en la que se expresa el nihilismo burgués. Muchos piensan que las guerras son una cuestión de armas. Para fabricarlas se necesita capital, fábricas y obreros. Las armas no producen valor, sino que se destruyen con su uso. No son lo mismo que un tractor o una máquina herramienta: cuando se usa se pierde el capital invertido y más aún si se pierde la guerra. Si se gana, se puede recuperar lo invertido, pero la humanidad, y fundamentalmente el proletariado del vencedor y del vencido, son los grandes perdidosos. No es casual que los marxistas distingamos entre guerras justas e injustas y que sostengamos que toda guerra contra un agresor o guerra de liberación es justa y que el proletariado tiene toda la libertad para usar todo su potencial para ganar y alzarse con la victoria.

“Conoce a tu enemigo como te conoces a ti mismo”. Cuando sostenemos que el imperialismo “se cae”, estamos analizando sus debilidades sin desconocer sus puntos fuertes y esta situación no es estática, pero la tendencia es que sus debilidades se incrementen y que la relación de fuerzas sea favorable al proletariado. Esto está sucediendo. Por eso no hay que olvidarse que todas las informaciones son filtradas por las agencias del imperialismo. También debemos entender que el proletariado ha comenzado a superar la derrota, pero la intelectualidad y la inmensa mayoría de los que se autodenominan de “izquierda”, están encandiladas por las alternativas burguesas. Hablan y repiten que hay que cambiar el “modelo”, cuando en realidad hay que definir una estrategia para cambiar el sistema. No diferencian entre “derrota” y “fracaso”. Se suman al coro de la burguesía que habla y repite, hasta el cansancio, sobre el “fracaso del socialismo”. Se suman al desfile que busca planes, comida y prebendas del estado burgués... Hablan de “democracia” sin ningún contenido de clase y se suman a las elecciones o buscan organizar la “bronca”. Hablan de “neoliberalismo” y creen que es la reducción al mínimo del papel del Estado y corren a ocupar el papel que el Estado “abandona” y no ven que en realidad el Estado desarrolla una intensa actividad en favor del capital financiero, disciplinando la fuerza del trabajo; liberando al capital de toda traba jurídica; transfiriéndole riqueza social e ingresos de los no propietarios; estatizando y concentrando el poder político para subordinarlo a sus intereses. No entienden ni buscan entender que el Estado, que no sólo es el gobierno o la administración, es un poderoso instrumento de transformación y que para transformar a favor del proletariado y el pueblo es necesario destruirlo y organizar un Estado al servicio de los intereses del proletariado. Hoy, tal como están dadas las cosas, hasta para realizar la más mínima reforma es necesario hacer la revolución.
La contrarrevolución capitalista autodenominada “neoliberal” fue exitosa para obtener y concentrar ganancias, pero esa concentración, lejos de limar y aminorar las contradicciones las exacerbó y es lo que estamos presenciando ahora.

¿Adónde nos conducirían los “éxitos” del pos-liberalismo? A asegurarle al capital financiero más ganancias y, por lo tanto, mayor concentración, mayor poder para disponer del trabajo humano y del ambiente de las personas. Por eso hoy el anticapitalismo y el antiimperialismo son una estrategia defensiva, no sólo de vidas y países, sino del planeta mismo.

Ser de izquierda hoy significa aceptar el desafío de romper con el orden actual, todo lo demás es pura cháchara.

Los tiempos se acortaron. Hay mayor disposición para los cambios, como para poder disputar la dirección que tome la crisis del capitalismo. En esta crisis no jugamos solos, el capital no se rinde ni da tregua. Debemos asumir que esta crisis no es del mismo tipo que las anteriores. No en vano ha pasado el tiempo, no en vano el desarrollo del capitalismo ha atravesado distintas etapas y en todas ellas ha sufrido crisis más o menos profundas, más o menos graves y de todas ellas emergió para continuar en el proceso de más ganancias, más centralización y concentración de las riquezas que, lejos de resolver los problemas de la humanidad, los ha ido empeorando, agudizando la lucha de clases y profundizando las contradicciones, sumando otras hasta llegar al día de hoy en que pone al orden del día la NECESIDAD de destruirlo, de cambiarlo.

Para arribar a estas conclusiones y elaborar políticas en consonancia hay que pararse desde el punto de vista de clase del proletariado de forma consecuente e irreductible. No basta hablar de unidad cuando se acciona en contra de ella. No bastan actos heroicos auto-referenciales. El trabajo cotidiano y gris, del que hablaba Lenín, está en plena vigencia junto con la decisión inquebrantable de pelear por el poder, única garantía para que el proletariado imponga sus soluciones: imponga EL SOCIALISMO.

En otro orden, la lucha de clases crece y se amplía. Los delirios de la burguesía imperialista norteamericana ya tienen visos muy peligrosos: el anuncio, denunciado por la más importante prensa estadounidense, de que para fines de abril tropas yanquis atacarían Irán, no se cumplió y, aparentemente, el plan de ataque fue reemplazado por otro plan de características más indirectas anunciado por la Secretaria de Estado Condoleeza Rice. Consiste en rearmar a algunos países árabes “amigos”. 13.000 millones de ayuda militar para Egipto y 30.000 millones a Israel. La Secretaria anunció: “la modernización de las fuerzas armadas de Egipto y de Arabia Saudita (con la que se negocia un acuerdo similar) ayudará a nuestros socios a enfrentar la amenaza de los radicalismos y a cimentar su papel de líderes regionales en la búsqueda de la paz en Medio Oriente y la libertad y la independencia de Líbano” (Reuters, 01/08/07). El plan anterior no entusiasmaba a los europeos y se presenta el actual para ver si tiene mejor suerte. El nuevo plan tiene, como la moneda, dos caras: por un lado, armar a los países sunnitas, mayoría en la región y regalar un festín al complejo militar-industrial norteamericano. También se les ofrece “presentes” parecidos a Jordania y a los muy ricos y pequeños Emiratos Árabes. “Los saudíes se han comprometido a pagar al contado (los armamentos), sin demoras ni plazos. Hay en juego muchos intereses y sobre todo muchísimo dinero”, declaró una fuente del Pentágono (El País, 30/07/07). La otra cara: la administración yanqui procura frenar una de las consecuencias de la guerra en Irak que se le presentó inesperadamente: la influencia de Irán chiíta en el gobierno chiíta de Irak. La “democracia” impuesta por ellos en Irak se ha trastocado en enemiga de la burguesía imperialista yanqui y trata de rodearla de enemigos y cortar las relaciones con los iraníes.

El periodista Seymur Hersh reveló que Estados Unidos financia en el Líbano a grupos radicales sunnitas como Fatha al-Islam y en Pakistán a los Jundullah que incursionan en Irán perpetrando actos terroristas. El rearme de los estados árabes tiene dos objetivos: por un lado cercar a Irán con un imponente potencial de guerra y por el otro darles medios para reprimir la disidencia interna. Hay ejemplos de esto último: en las elecciones del 2005, el presidente Osni Mubarak mandó preso al candidato opositor Ayman Nour, posible ganador, por “fraude electoral”. Estados Unidos es el poder detrás del trono de corruptos reyes y emires del Golfo. La monarquía saudí, debilitada y blanco de repetidos ataques de Al Qaeda no la pasará nada bien. Michael Schener fue durante 22 años agente de la CIA y en 1996-1999 encargado de atender a Osama bin Laden en la guerra contra los soviéticos. Este agente señaló: “las fuerzas y la política de Estados Unidos están completando la radicalización del mundo islámico, algo que Osama bin Laden trató de hacer con éxito relativo desde los comienzos de los años ’90. En consecuencia, me parece correcto  concluir que Estados Unidos sigue siendo  el único aliado indispensable de bin Laden” (Harpers´Magazine, 23/08/06).

A Israel no le hizo mucha gracia el plan de rearme de sus enemigos y aceptó a regañadientes. Fue convencido por el 25% de aumento en ayuda militar ofrecido por Estados Unidos. Según prolijas estimaciones de la fundación American Educational Trust, basadas en documentación oficial, Israel ha recibido desde 1949 hasta el 2006 una ayuda militar directa de 108 mil millones de dólares; hay más ayuda disimulada en rubros presupuestarios de diferentes ministerios y organismos, el Pentágono en especial (Washington Report on Middle East Affairs, julio de 2006). La Secretaria de Estado y el Jefe del Pentágono llegaron a Medio Oriente cargados de ofertas armamentistas: Arabia Saudita podrá comprar bombas guiadas por satélite, defensas misilísticas y hasta cazas más modernos todavía con los 20.000 millones de dólares que Estados Unidos le propone. En la Universidad Estadounidense de El Cairo la misma Rice afirmó en junio del 2005: “Durante 60 años, mi país, Estados Unidos, procuró la estabilidad en Medio Oriente a expensas de la democracia en la región. Y nada conseguimos. Hoy tenemos una postura diferente. Apoyamos las aspiraciones democráticas de todos los pueblos”. Se nota. ¡Y cómo se nota! Estados Unidos invade países, desconoce el triunfo electoral de Hamas, rearma a Mubarak presidente continuo de Egipto desde 1981 y a las élites sunnitas de los países del Golfo, no menos dictatoriales y autócratas que Saddam Hussein. La democracia de la burguesía imperialista yanqui tiene su impronta de clase y no puede ser de otra manera.

A riesgo de ser demasiado insistentes debemos afirmar que las ansias guerreristas de la burguesía imperialista norteamericana sólo demuestran, a grandes rasgos, dos cosas: por una parte, la enorme desesperación que la acicatea hacia cualquier aventura y por la otra, cumple con la ley de todo fascismo: sacar las contradicciones internas hacia el terreno internacional.

Las contradicciones internas están basadas en la inminente quiebra del sistema financiero internacional que, en el último mes, dio claras muestras de su debilidad y de gran volatilidad, como les gusta afirmar a los economistas burgueses. La “burbuja inmobiliaria” está a punto de estallar y cualquier intento de solucionarlo presenta aspectos de empeorar la situación. Lo cierto es que las prácticas y las políticas económicas de la burguesía imperialista se deslizan por una cornisa cada vez más angosta o como dice David Walker, contralor general de Estados Unidos, es decir, jefe del Tribunal de Cuentas del país, Governement Accountability Office (GAO por sus siglas en inglés). David Walker opina que se encuentran llamativas similitudes con los umbrales de la caída del Imperio Romano. Entre otras, “la declinación de los valores morales y de la civilidad política en el país y la presencia militar excesivamente extendida y confiada en países extranjeros, así como la irresponsabilidad fiscal del gobierno central”. GAO evalúa las consecuencias de las políticas del gobierno y de las leyes que aprueba el Congreso y es el árbitro final en cuestiones fiscales. Sostiene que la economía del país se ha vuelto “insustentable” e indica los peligros inminentes que la acechan: aumento “dramático” de impuestos, más deuda fiscal, serio deterioro de los servicios oficiales a la población y una deuda externa que facilitaría el “dumping” en gran escala de bonos estadounidense en poder de gobiernos extranjeros, como China si utilizara su billón 330 mil millones en caso de que Estados Unidos le impusiera sanciones comerciales para que revalúe el yuan. He Fan, funcionario de la Academia de Ciencias Sociales, sostuvo que las reservas acumuladas contribuyen en gran medida a sostener el valor del dólar como divisa de reserva y advirtió: “El Banco Central de China deberá vender dólares si el yuan es revaluado, lo que podría provocar una devaluación masiva del dólar” (The Telegraph, 10/08/07), éste es el garrote y Xia Bin, director del Centro de Investigación y Desarrollo de Pekín, dijo: “Desde luego China no quiere que se produzca un fenómeno indeseable en orden financiero mundial”, y ésta, la zanahoria.

Walker habló de las necesidades incumplidas: “Nuestra prosperidad exige más de nuestra infraestructura física. Hacen falta miles de millones de dólares para modernizarlo todo, desde autopistas y aeropuertos hasta los sistemas de agua potable y de alcantarillado. El reciente colapso de puente de Minneápolis es un severo llamado de atención”. Pero esos miles de millones se están usando para las guerras presentes y las por venir…

Existe un gran parecido con el final del Imperio Romano.

Edgard Gibbon lo explicó hace ya más de dos siglos: “La declinación de Roma fue el efecto natural e inevitable de su grandeza inmoderada. La prosperidad alimentó el comienzo de la decadencia; la ampliación de sus conquistas multiplicó las causas de la destrucción; y cuando el transcurso del tiempo o algún accidente minó los soportes artificiales, esa estupenda construcción se derrumbó por la presión de su propio peso” (“Historia de la decadencia y caída del Imperio Romano”), David Walker ha leído Gibbon y no es republicano ni demócrata: aparentemente no tiene partido.

Los más delirantes del partido republicano, como Richard Perle, sueñan con la “grandeza nacional”. Perle, el defensor más acérrimo de la invasión a Irak, supo decir: “Esta es una guerra total. Si dejamos que avance nuestra visión de mundo… nuestros hijos corearán grandes canciones sobre nosotros en los años por venir”.

Por otro lado, el Banco Internacional de Pagos (BIS), la entidad que reúne a los bancos más importantes del planeta, planteó ciertas incertidumbres en su 77º informe anual de junio de este año. Por ejemplo, la posibilidad de una ola inflacionaria general. O el descenso del PIB del mundo. O la persistencia de importantes desequilibrios en el comercio internacional. O la vulnerabilidad de los mercados financieros. O la disminución de las inversiones extranjeras en Estados Unidos (www.bis.org).      

La Reserva Federal optó por retocar la tasa de interés bajándola un cuarto de punto, dejándola en 5%. Pero ya nada se solucionará. El íntimo entrelazamiento de las economías le otorga un pequeño respiro, pues, aparentemente, aún cuenta con algunos mecanismos para trasladar los efectos de su crisis hacia la periferia y otras regiones. Europa se está sacudiendo por el mismo problema y temen que se generalice. La tendencia, necesariamente, es hacia la generalización: en estas dos últimas semanas el Banco Central de la Comunidad Europea inyectó en el circuito financiero 270.000 millones de dólares para evitar la caída del comercio por la iliquidez.
Hoy, jueves 16 de agosto, todos los medios de difusión hablaron sólo de un tema: la brutal caída de las bolsas. Indudablemente son los efectos de la explosión de la “burbuja inmobiliaria” que, al parecer, va explotando por etapas y el gráfico que diseña señala hacia abajo. La agonía parece que se acelerará. El sufrimiento que acarreará todavía no puede medirse. El pánico está a punto de producirse y sólo podemos imaginar que será muy superior al del 1929. Cuando empiecen las corridas contra los bancos será un espectáculo nunca visto.
 
Los países que no están directamente en la órbita del imperialismo yanqui se preparan para lo peor: bajo formas y con mal disimulados fines entrenan sus ejércitos. Así lo hacen Rusia, India y China en la Organización para la Cooperación de Shangai. Son países que han sufrido al imperialismo y al fascismo en sus territorios.

Como decimos más arriba: depende del proletariado y su política disputar la dirección que vaya a tomar la crisis del capitalismo. Lo que es posible prever es que, esta vez, la recomposición del capitalismo será lenta y trabajosa, lo que abre inmejorables condiciones para que el proletariado se organice para darle el último empujón hacia su tumba, que ya esta abierta desde hace mucho tiempo…El Combatiente Nº26

Mario Roberto Salvatierra.

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Rawson, Trelew: todavía cantamos…

El Combatiente Nº26A la burguesía no le alcanzó con la desaparición de personas como mecanismo de aplastamiento de las masas y eliminación de su vanguardia. Fue por más. Por mucho más. A puro decreto por necesidad y urgencia (de ellos) siguió avanzando hasta legalizar la impunidad más abyecta. Sin embargo, hay algo elemental que suelen olvidar los explotadores y sus lacayos: la lucha de los pueblos nunca muere, sólo se adormece por un tiempo y un día cualquiera despierta, se desentumece, abre los ojos, mueve las piernas y avanza…

Así, en esa ilusión idealista burguesa, pretendieron “desaparecer” todos los símbolos que vincularan al pueblo con sus luchas, sus banderas del pasado, su memoria colectiva. Como si se pudiera tapar el sol con la mano.
Pero la memoria popular es tenaz y como dice una vieja canción “hay otra historia” que tarde o temprano salta cual conejo de una galera incontenible, insoslayable, ineludible.

En esta historia nuestra de ausencias permanentes, de memoria de compañeros que rondan nuestro recuerdo eternamente jóvenes, eternamente adolescentes, eternamente frescos y plenos de vida hay otra historia. Paralela. Sorda. Casi muda. Anónima. Olvidada.

Es la historia de nuestros ex presos políticos de la dictadura. Esos mismos que ayer eran tan jóvenes como los ausentes y que hoy portan canas, pocos dientes, nietos, algunas lágrimas a hurtadillas, dolor, alegría, amor.

Son aquellos hombres y mujeres que poblaron las cárceles de la dictadura, que sufrieron las mismas vejaciones que nuestros ausentes pero que quedaron vivos, testigos anónimos de toda la ferocidad de que es capaz la burguesía cuando se siente amenazada.

Los ex presos políticos nunca hicieron demasiado ruido, nunca fueron demasiado visibles y al salir de las cárceles se sumergieron en una sociedad desconocida: cuando se los llevaron presos el país estaba en ebullición, cuando salieron de las cárceles el país sólo atinaba a preguntarse dónde estaban los que no volverían nunca. Esos presos y presas salieron a nuestras calles con las manos vacías: sin trabajo, con un papelito de libertad condicional en el bolsillo, con años y años de encierro como pasado inmediato, muchos sin casa, con sus padres envejecidos de sufrimiento por ellos, algunos con sus hijos ya grandes y otros pugnando por dejar su simiente lo más pronto posible, otros pensando que podían reconstruirse las organizaciones que conocían antes de quedar presos… Chocaron con la pared de la impotencia que significa descubrir que para muchas cosas hay que volver a empezar, con la “salvedad” de que ellos tenían una década (o más…) sobre una espalda azotada por el verdugo de turno de cada celda, de cada pabellón, de cada cárcel.

De a poco, haciendo como que no les había pasado nada, se reinsertaron en esa sociedad cambiada, como pudieron, a manotazos, enmudeciendo su origen, escondiendo su pasado en las oficinas de personal cuando pedían trabajo, buscando, sin decirlo a nadie, como un auténtico secreto, a sus viejos compañeros en algún bar de alguna perdida esquina… ¡Quizás si por una casualidad aún estuvieran vivos…!

Estos hombres y mujeres aprendieron en el encierro la mejor lección para mantenerse vivos: unirse, protegerse. Y son estos hombres y mujeres los que sorprenden cuando se los mira desde afuera: una alianza invisible cruza sus miradas. El lazo es tan fuerte que da impresión. Sin riesgo de quedar cursi se puede afirmar que se aman por sobre todas sus diferencias y distancias ideológicas, políticas y hasta geográficas. Cuando se reencuentran reviven, rejuvenecen, se abrazan, juegan, ríen. Es difícil describirlos con exactitud, porque como grupo humano son diferentes a cualquier otro, son fuertes en el conjunto y siguen siendo invencibles todos juntos. Entre ellos se conocen palmo a palmo sus lados flacos, fortalezas, manías y humores.

El 30º aniversario de la dictadura militar del ’76 trajo aparejado un revivir de hechos silenciados, como un estallido de verdad que salió por los poros de una sociedad que calló a medias y que jamás olvidó ni perdonó a sus verdugos.

El 23 de marzo de 2006 en la U9, cárcel de La Plata, se hizo el primer homenaje a todos los que pasaron por allí y sobrevivieron y a todos los que ya no están: presos y familiares que dejaron su huella y actualmente permanecen desaparecidos.

A principios de 2007, los presos políticos de la cárcel de Rawson se soñaron para sí otro reencuentro: se imaginaron todos juntos en esa misma cárcel, pero libres… Trabajaron durante meses para concretar su sueño. Le pusieron fecha e hicieron buena memoria para elegirla: 21 y 22 de agosto para recordar a sus muertos, sus compañeros. Para ser ellos quienes homenajearan a los masacrados en el ’72. ¿Quiénes mejores para hacerlo? Si hasta hay muchos que aún recuerdan a los fusilados porque compartieron con ellos los pabellones, los golpes, la mala comida, la lectura, el estudio, el aprendizaje de vivir colectivamente para sobrevivir… Si sólo ellos todavía recuerdan el color de los ojos, los gestos, las voces de los dieciseis fusilados…

Y, paradojas de la historia, quienes alguna vez pugnaban por escapar y salir libres mientras los verdugos ajustaban cerrojos para impedirlo, esta vez, más de treinta años después, tuvieron que pelear para entrar, mientras los verdugos ajustaban cerrojos para no dejarlos pasar… Pero los ex presos de Rawson estaban decididos, desde hacía meses, a entrar al penal, paradigma infame de las cárceles de la dictadura…

Este 21 de agosto Rawson se transformó en una visita. Como las que ellos recibían de sus familiares y de muchos pobladores locales que pagaron caro el atrevimiento de solidarizarse con ellos: algunos fueron desaparecidos, otros torturados salvajemente y hasta quedan los que aún hoy son amenazados...

Los ex presos del penal de Rawson entraron a “su” cárcel con sus hijos, sus padres y madres, sus mujeres, sus compañeras de organización, sus amigos. Y entre llantos y abrazos cambiaron la víspera de una fecha trágica y abominable por una jornada sencilla, tierna y fraterna, plena de gestos humanos por encima de todas las miserias. Hicieron homenajes a sus compañeros muertos en el penal y a los pobladores de ese lugar tan marcado por la historia de la lucha de una generación. Para los habitantes de Rawson no fue una sorpresa que los “presos”, como ellos los llaman, saturaran los alojamientos y que sus rostros con algunos años más, invadieran sus calles. Eran los hijos que volvían del pasado a reiterar que la vida es más poderosa que la muerte. Siempre.

Por la noche de ese 21 los más de cuatrocientos ex presos y ex presas políticas llegados a la patagonia desde todo el país cantaron, cantaron, cantaron… Daniel Viglietti los acompañó en el viaje, los homenajes, la “visita” y el canto… De memoria y a los gritos “A desalambrar” sonaba como el himno de una generación blanca en canas que aún canta a viva voz.

Esa misma canción, a capella en la voz indescriptible de Daniel Viglietti y de los ex presos y presas políticos de los ’70, también retumbó en el silencio del cementerio donde descansan los restos de un compañero, el Tordito Debenedetti, en la mañana temprana del 22, como un presagio de que la memoria no está en museos ni en actos solemnes y oficiales… El Tordito no aguantó la pena de entonces y decidió irse por mano propia. Los verdugos de turno (porque siguen existiendo y no hay que olvidarlo) lo enterraron como NN y fueron los pobladores de Rawson quienes le pusieron nombre a su tumba… Un 22 de Agosto con cientos de personas delante de una tumba, cantando… ¿Alguien puede imaginárselo…?

Después, el acto “oficial” de inauguración del viejo Aeropuerto de Trelew convertido en museo de la memoria, no alcanzó para la apropiación administrativa de la memoria colectiva: los ex presos y ex presas políticas allí estuvieron, tan unidos como cuando estaban presos, con su bandera unitaria, hecha por ellos en días previos. Y en la parte más alta del viejo aeropuerto, ahora renovado con cristales recién puestos, estuvieron mezclados con sus manos en alto haciendo la V o con el puño cerrado… Todos juntos… codo a codo, como en otra canción que termina diciendo “somos mucho más que dos”…

El acto oficial tuvo, como es previsible, saturación de sacos y corbatas, autos oficiales y funcionarios, caretas y máscaras de todo tipo. Pocas excepciones. Sin embargo, contra las previsiones de unos muchos que tienden a generalizar y a creer que todo se mide con una vara de negros y blancos, los matices a veces son mucho más altisonantes. El acto oficial pasó sin pena ni gloria, como todos los actos oficiales. Al acto principal lo gestaron otros, los olvidados de la historia, los que sobrevivieron a la infamia, los que aún cantan. Los que cantando transformaron la muerte en un conjuro por la vida y la auténtica memoria, sin sacos ni corbatas ni coches gubernamentales.

Los funcionarios oficiales no cantan…

La lucha de los pueblos nunca muere, sólo se adormece por un tiempo y un día cualquiera despierta, se desentumece, abre los ojos, mueve las piernas, avanza… Y vuelve a cantar “A desalambrar”…

Este 21 y 22 de Agosto de 2007 las ex presas y ex presos políticos de Rawson eligieron suyas las palabras del poeta checo Julius Fucik, comunista quien al borde de la ejecución escribía: “La celda 267 canta. Si canté toda mi vida, no se por qué habría de dejar de cantar ahora, precisamente al final, cuando la vida es más intensa… Y así, cantamos cuando la nostalgia trata de invadirnos; cantamos cuando el día es alegre; con nuestro canto acompañamos al camarada que se marcha y a quien quizá no volveremos a ver nunca mas; cantando recibimos las buenas noticias del frente oriental; cantamos en busca de consuelo y cantamos de alegría, tal y como los hombre han cantado siempre y como seguirán cantando mientras existan…”.El Combatiente Nº26

Estela.

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HISTORIA DE LA SANGRE Y DE LA VIDA
                      

Horas se podría estar contando esta historia
y otras parejamente tristes…
¿acaso no está corriendo la sangre
de los 16 fusilados en Trelew?
Por las calles de Trelew y demás calles del país
¿no está corriendo la sangre?
¿hay algún sitio del país donde esa sangre
      no está corriendo ahora?

                                              Juan Gelman

Cuando el terror entra de punta en las aldeas
eliminando carne y huesos
deshabitando vientres
hollando el suelo ajeno,
mira como los hombres de esa tierra
se colocan la vida bien en serio,
con el alba,
y se ajustan los tientos de la sangre
por entre sus muertos,
para apretarte el cuello definitivamente.                           

                                              “La escalada”, Norberto Corti.

El Combatiente Nº26El viento patagónico sopla transportando, en su persistente viaje, la furiosa voz de los ausentes. Vuelven desde la conjurada oscuridad las presencias silenciadas por las armas del explotador y su Estado. En el aire flotan y se multiplican los sonidos de los mitines donde los peones rurales acordaban la lucha. Surgen también las heroicas consignas y los ejemplares nombres de los fusilados, sobreviviendo al precipicio de la bala. Aparecen sus rostros como signo de victoria de los oprimidos.

Fue en el penal federal de Rawson donde el poder quiso confinar los gritos de los dirigentes políticos y sindicales del pueblo. Construyeron en la noche de la historia la prisión de máxima seguridad. Pero a la condena de la burguesía se opuso la solidaridad de los pobladores que inmediatamente formaron comisiones de apoyo a los presos: en sus casas engendraron refugios de amor con los que cobijaron a los familiares de los combatientes.

Así se construyó la alegría. Los pabellones fueron habitados por canciones que volaban de celda en celda...

Esos hombres, los de adentro y los de afuera, cantaban porque sabían que “las palabras deben ser sólidas y anchas para que todos los hombres puedan transitarlas”. Así los 110 militantes revolucionarios buscaron fugarse de la tenebrosa ignorancia de los cepos.

Dictadura de Lanusse, 15 de agosto de 1972 dice el calendario. Los perseguidos de la tierra, los proscriptos, armaron con conciente sigilo la conspiración de la esperanza: PRT-ERP, FAR y un grupo de dirigentes Montoneros (sin el apoyo de su organización) realizaron tareas de inteligencia sobre el enemigo, acopiaron imitaciones de armas, tomaron los tiempos, confeccionaron uniformes y trazaron la estrategia para volver a reinsertarse en la lucha. Ya lo decía Lenin: “La socialdemocracia no ha mirado nunca ni mira la guerra desde un punto de vista sentimental. Condena en absoluto la guerra como recurso feroz para dilucidar las diferencias entre los hombres, pero sabe que las guerras son inevitables mientras la sociedad esté dividida en clases, mientras exista la explotación del hombre por el hombre. Y para acabar con esa explotación no podremos prescindir de la guerra, que empiezan siempre y en todos los sitios las propias clases explotadoras, dominantes y opresoras”.

Los tiempos de la lucha de clases, en el país, se aceleraban. El movimiento de masas jaqueaba al partido militar que buscaba desesperadamente, mediante el Gran Acuerdo Nacional, una recomposición de las instituciones. Este acuerdo unía a los dirigentes más relevantes del sistema con el fin de “contener con el engaño el formidable avance revolucionario de nuestro pueblo, engaño que consistió en un nuevo retorno al régimen parlamentario, esta vez bajo el signo peronista, mediante un proceso electoral completamente controlado”. Numerosas rebeliones obreras y populares estremecen las calles: 1969 estalla el Cordobazo, acompañado de movimientos insurrecciónales simultáneos en Rosario, Corrientes y Tucumán. 1971: el Vivorazo, primera acción netamente clasista al margen de las burocracias peronistas contra el interventor militar de Córdoba. En abril de 1972 el Mendozazo, una pueblada contra el aumento de las tarifas eléctricas que obligó a la CGT local a convocar a un paro.

Estos hechos son la representación concreta de un avance organizativo de los trabajadores quienes en 1968 fundaron la CGT de los Argentinos. A partir del ’69 toma un papel protagónico el SITRAC-SITRAM (germen de las futuras interfabriles y el MSB) que dirigió en la práctica el Vivorazo. Indudablemente, en esta coyuntura, las organizaciones revolucionarias crecían y su inserción e influencia en el movimiento obrero se tornaba decisiva.

Fue en el vendaval arrollador de las masas que se gestó la fuga. La entrañable hermandad grababa en la historia la frase “unidad de las organizaciones armadas”. La misma consigna que pintaban los militantes del PRT desde hacía tiempo en las paredes del país. La que se hizo carne en el breve pero perdurable periplo de Rawson al aeropuerto.

El plan fue tan simple como inesperado: “tomar el penal desde adentro”. Se redujeron los guardias. Uno a uno fueron ocupados los pabellones y sus puestos de vigilancia. Todo salía a la perfección; la sincronización y la disciplina de los militantes del PRT  hacía notar que muchos ya tenían experiencia en este tipo de operaciones. El propio Roby se fugó, Menna intervino en la fuga del penal de Urquiza, la Sayo fue rescatada de la cárcel y a Ulla lo liberó un comando del ERP del hospital donde los militares lo tenían cautivo. Así, de acuerdo con los planes, partió hacia el aeropuerto el primer grupo de seis compañeros. Pero algo salió mal: por falta de confianza en el colectivo y las inseguridades de los responsables de logística, sumado al deficitario control político de este aspecto central de la tarea, los camiones nunca llegaron al penal. En el aeropuerto de Trelew, mientras tanto, Santucho, Vaca Narvaja, Osatinsky, Gorriarán, Quieto, pasado el tiempo de espera establecido y desconociendo las complicaciones, despegaron en un avión tomado. El segundo contingente de 19 compañeros salió en taxis. Tras su partida, los que quedaron en el penal, viendo que ya sería imposible la fuga, decidieron cerrar las puertas y preparar la rendición.

El avión ya estaba en el aire cuando Mariano Pujadas, desde la torre del aeropuerto ocupado por el segundo grupo, se comunicó con el piloto del avión y le dijo que no volvieran porque era peligroso. Desde entonces -y ya rodeados por el ejército- convocaron, para seguridad propia y de los civiles, a los medios de comunicación. Sólo se entregarían con la presencia de un juez que se comprometiera a garantizar la integridad de todos los compañeros. Todavía resuena la voz de Pedro Bonet “nuestro objetivo al haber tomado la cárcel, al haber venido hasta aquí e intentar la fuga ha sido el deseo a la reincorporación a la lucha activa. Hemos fracasado, pero, por suerte, varios compañeros nuestros en este momento, están arribando a Puerto Montt, lo cual significa que una serie de cuadros de distintas organizaciones armadas, FAR, ERP, Montoneros, se van a reincorporar activamente a la lucha, esto para nosotros ha sido un éxito, entonces. Aquí, en la Patagonia, concebimos esta lucha, esta acción, como la continuación de la lucha que libraron los obreros rurales, los obreros industriales que en los años 21 fueron asesinados por el ejército, por la represión”.

Luego sucedió la furia de clase de los asesinos quienes intentaron masacrar la historia…

Los verdugos, heridos de muerte por la audacia de los revolucionarios, buscaron infructuosamente borrar sus nombres…

Reprimieron salvajemente en todo el país los velorios de los combatientes. Protegieron a los ejecutores de su política. Desaparecieron a familias enteras con la impunidad que les otorga el poder y la complicidad de todas las instituciones de su Estado.

Hoy, 35 años después, el enemigo sigue en el poder disfrazado otra vez de “progresista”. Sus ropajes “nacionales y populares” no logran distraer a las masas proletarias que, como el viento de la Patagonia, arrasan las calles. Rescatan la memoria colectiva, arma de futuro llena de voces ausentes. Buscan en los pasos de los que no están la explicación de la paupérrima realidad. La burguesía intenta, como antes y como siempre, frenar la rueda de la historia, desempolva leyes represivas y militariza los sueños.

Hubieron hombres y mujeres que fueron vendavales, ejemplares seres que osaron expropiar la alegría robada con el salario, trabajadores que concientemente decidieron pelear hasta la muerte por la revolución socialista. Ellos nos muestran el camino, los ecos de sus voces, como las voces de otros en otros tiempos nos recuerdan que el compromiso ahora es nuestro: “a los camaradas que sobrevivan a esta última batalla les estrecho fuertemente la mano. Nosotros hemos cumplido con nuestro deber. Y lo repito una vez más: hemos vivido por la alegría, por la alegría hemos ido al combate y por la alegría morimos. Que la tristeza no sea unida nunca a nuestros nombres”.El Combatiente Nº26

COMPAÑEROS FUSILADOS EN TRELEW
¡PRESENTES!
¡HASTA LA VICTORIA SIEMPRE!

Pablo Augusto Abaddón

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COMPAÑEROS FUSILADOS EN TRELEW
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19 de julio de 2007

ACTO HOMENAJE A MARIO ROBERTO SANTUCHO Y CAÍDOS EN VILLA MARTELLI

El Combatiente Nº26Transcribimos las palabras pronunciadas en el acto realizado en Capital Federal.

Compañeras, compañeros.
Contrariamente a lo esperado por el enemigo, que intentó borrarlo de la memoria colectiva, nuestro Secretario General del PRT y comandante del ERP, cada día que pasa tiene más vida. Seguramente, el enemigo creía que alcanzaba con su muerte para hacerlo desaparecer de nosotros, del país, del mundo, de la
lucha, de la memoria de este pueblo.

Pero Santucho, a medida que pasa el tiempo, cobra más fuerza por quién fue como parámetro revolucionario de internacionalismo y de fraternidad. Santucho nunca se confundió de enemigo. Siempre tuvo claro cuál era el enemigo de clase y cuáles eran las herramientas para derrotarlo y tomar el poder: en el plano internacional impulsando la Junta de Coordinación Revolucionaria con Tupamaros de Uruguay, el Mir de Chile, el ELN de Bolivia y el ERP argentino y desde el plano nacional empujando para la unidad de los revolucionarios,
previendo que ésa es la única manera de vencer al enemigo de clase, impulsando el PRT, FAS, MSB, FATRAC, Frente de los trabajadores de la Cultura, el Cine de la Base, el ERP y tantos otros. Poniendo especial
énfasis en el cuidado de los presos políticos…

Santucho tuvo la sabiduría de mantener al partido unido comprendiendo toda su diversidad, mantuvo la cabeza fría aún en los momentos difíciles de su vida personal como cuando fue masacrada su propia compañera en Trelew o cuando secuestraron a sus tres hijas. Santucho se mantuvo sereno. Su dolor no arrastró a su colectivo a la venganza o a acciones desesperadas.

Y, justamente, esa serenidad que lo caracterizaba fue una de sus más grandes cualidades, junto con su sencillez, su profunda humildad para persuadir y su convicción inclaudicable de que la única salida para los pueblos es hacer la revolución. Fue un irreverente en la acción y un tozudo en el objetivo.
Santucho, al igual que el Che, sigue vivo en nosotros. Y no es una casualidad, porque encarna nuestra tarea pendiente. Los motivos que había entonces para hacer la revolución no sólo se mantienen, sino que se han agudizado en la miseria, el hambre, la desocupación, el abandono y olvido de los más humildes, la explotación de la clase obrera y el proletariado de este país que hoy comienzan lentamente a decir no a esa explotación.

Para un revolucionario como Santucho hay un solo respeto posible: mirarnos en él como en un espejo, aprender de los errores del pasado y superarlos, ejercitar la fraternidad más allá de las palabras, de la declamación y hermanarnos generosamente. Hacer nuestra su infinita humanidad. Porque nuestro pueblo necesita, por sobre todo, de la generosidad de todos aquellos que nos sentimos revolucionarios hoy. De nuestra generosidad.

Para un revolucionario como Santucho hay un solo homenaje posible: su ejemplo, levantar su bandera y con la frente alta continuar su lucha y la de todos los que nos antecedieron hasta derrotar a la burguesía. Tener claro que el enemigo de ayer sigue siendo el enemigo de hoy. Tener claro que nuestro enemigo está en la UIA, la Sociedad Rural, los bancos, los hacedores del capitalismo, los continuadores de la explotación, los que empapan de sangre el mundo para sostener sus negocios.

Los infames no derrotan a los revolucionarios mientras haya compañeros que sigan el camino revolucionario,
mientras haya compañeros tan convencidos como Santucho de que la única salida posible es la revolución,
mientras haya compañeros que se organicen en cada rincón para luchar por una sociedad socialista.
Así como el Che decía uno, dos, tres, muchos Vietnam, nosotros decimos: HOY, uno, dos, tres, muchos
Santuchos para vencer.
Compañeras Delfino y Lanzilotto ¡Presentes!
Compañeros Gertel, Menna, Urteaga, Santucho ¡Presentes!
Hasta la victoria siempre.
El Combatiente Nº26

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